“Prometer no empobrece” es una frase vox populi, que aplicada a las actuales campañas que realizan algunas y algunos candidatos a algún cargo de elección popular, revela la pobreza de conocimientos y la precariedad intelectual de algunos de ellos.

En concreto, refiero el caso del diputado federal con licencia, Jorge Álvarez Máynez, que busca la presidencia de México, por el denominado partido Movimiento Ciudadano.

Este individuo, planteó una “barbaridad” en televisión nacional el domingo 28 de abril, a las nueve de la noche con 38 minutos.


“Fui el primero en plantear que tenemos que acabar con la refinería y la termoeléctrica en Hidalgo” es la cita textual de lo expresado por el candidato.


Álvarez Máynez, se refería a las plantas energéticas ubicadas en un polígono situado entre los municipios de Atitalaquia, Tula de Allende y Tlaxcoapan.

Respecto al pronunciamiento, una serie de reacciones debidamente documentadas, se han manifestado en contra de las intenciones del candidato presidencial.

Innegablemente, Máynez tiene el derecho a obtener la información suficiente que le permita justamente eso, disminuir su precariedad intelectual, y por tanto debe acceder a diferentes datos.

Por ejemplo: La Refinería Miguel Hidalgo, que entró en operación a mediados de los años setenta, se construyó con una capacidad para transformar 315 mil barriles diarios de hidrocarburo y convertirlos en distintos productos refinados, tales como turbosina, queroseno, diésel, gasolinas y gas licuado.

En 2006, en una conversación que sostuve en el cuartel “neurálgico” de operaciones y control de esa refinería, con Víctor Hugo Deschamps Lugo, entonces director de Relaciones Públicas de la paraestatal, me aseguró que “si la Miguel Hidalgo trabajara a toda su capacidad de refinación, este núcleo estaría a la altura de alguna de las estaciones instaladas en Arabia Saudita”.

Es decir, si las operaciones dentro de la refinería de Tula se desarrollaran al 100 por ciento de su capacidad, este polo de Hidalgo sería potencia a nivel mundial, como si lo es Arabia Saudita; sin embargo, “nuestro” núcleo energético trabaja en promedio al 60 por ciento, no más.

Voces enteradas, como las de Héctor Chávez Ruiz, diputado federal hidalguense, y Octavio Magaña, candidato a la presidencia municipal de Tula de Allende, reprobaron lo dicho por el político “fosfo”.

Seguramente, el de Movimiento Ciudadano, desconoce también que la economía en estos municipios, resurgió gracias a las operaciones de la refinería y la termoeléctrica; y que de estas dependen miles de trabajadores y sus familias, no sólo de Hidalgo, sino de diferentes estados del centro del país.

Reconfigurar y modernizar esas plantas es la clave, si la intención es abatir los índices de contaminación.

El zoon politikón, es una definición aristotélica filosófica, que refiere las capacidades de los individuos (animales políticos) para integrarse en comunidades y crear ciudades.

Y sin embargo hay “de animales a animales”; como en esta “danza” electoral, en la que al menos uno no midió el peso de sus palabras.

SE LO PONGO POR ESCRITO

A un mes de las elecciones hay quienes consideran que los 84 municipios se pueden pintar de colores; La moneda está en el aire.

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