Recientemente tres funcionarios públicos del actual gobierno estatal, fueron denunciados por actos de corrupción; han sido separados de sus cargos y en prisión preventiva enfrentan un proceso judicial.


Sobre el asunto, fue el propio titular del Ejecutivo, quien afirmó que “cualquier forma de corrupción o abuso en el trabajo en las facultades de la ley es condenable”.


Para poner el tema en contexto, citaré la vieja fábula atribuida al escritor europeo Hans Christian Andersen, en la que narra la forma en que dos “vivales”, vendieron a un rey la idea de que le confeccionarían un traje con una tela especial, una tela invisible para la gente incapaz de ocupar algún cargo en la corte.

Así, aquel monarca que decidió “estrenar” el traje en un desfile público, era elogiado no sólo por los estafadores, sino adulado también por cortesanos y lacayos, con el fin de mantener la confianza del emperador y su empleo en palacio.

Iniciado el desfile, se escuchó a un niño expresar: “El rey va desnudo”, una frase contundente, que sacudió al emperador y puso en tela de juicio la honestidad intelectual de cortesanos, funcionarios y lacayos del palacio, que se conducían alejados de la verdad.

La fábula, no sólo desnuda el actuar de los malos servidores de un gobierno, sino también a aquellos grupos que, mediante mentiras y prácticas perversas, pretenden mantenerse en el poder.

Esto puede ilustrar las acciones emprendidas contra la anticorrupción que ocurren dentro del propio gobierno y se implementan contra de los malos servidores estatales.

Por tanto, no habría porque extrañar que se castigue “con la misma vara”, a funcionarios de otros niveles que sistemáticamente incurrieron en delitos.


Es el caso de un presidente municipal con licencia, detenido por el desvío de más de 10 millones de pesos, dinero público que pudo haber servido para obras comunitarias en Progreso de Obregón.


Cuestionado en su desempeño como alcalde, el sujeto busca inmunidad para acceder a otro cargo por la vía del voto, pero como lo alcanzó la acción de la justicia, hoy acusa persecución política, mientras trata de esconder las anomalías ocurridas en su desempeño como servidor público.


¿Se necesitará acaso de voces inocentes, que resuenen en Mixquiahuala y Progreso, para que la gente conozca la verdadera identidad del alcalde acusado de malversar el dinero de los pueblos que alguna vez por error le dieron la confianza?


Las leyes anticorrupción en el estado son precisas, obligan a denunciar y perseguir los delitos en los que incurran todas y todos los servidores públicos, y quien lo entienda como amenaza, es porque simple y sencillamente es ignorante de las leyes.

No, en Hidalgo el emperador no va desnudo; la aplicación de las leyes es por igual, y si alguien piensa que con solo repetir “letanías” ideológicas o que un chaleco será su manto protector de impunidad seguramente vive en el error.

Esta vez ha sido contra “estafadores” en la secretaría de Movilidad y Transporte, pero el acoso en secretarías como Turismo y la negligencia en Salud, deben igualmente ser visibilizados, perseguidos y castigados.


SE LO PONGO POR ESCRITO

Resultan ser los llamados “recorridos de la esperanza”, los de mayor penetración entre los electores de la capital; la campaña de Jorge Reyes va en ascenso; la oposición debe replantear su estrategia.

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