Ante la imposibilidad de reunir a sus testigos, la Fiscalía General de la República (FGR) solicitó el aplazamiento del juicio en contra de Gerardo N, expresidente del Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), acusado de presunta delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

De acuerdo con el portal de audiencias del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), el juicio se programó para la primera semana de junio de 2024; específicamente el día 3. Es decir, casi cuatro años después de que fue aprehendido el lunes 31 de agosto de 2020 en la Ciudad de México.

Sin embargo, hasta el momento no hay nueva fecha. Ante la demora del juicio, el pasado viernes 24 de mayo, el juez Gregorio Salazar Hernández adscrito al Centro de Justicia Penal Federal en el Estado de México, con residencia en Almoloya de Juárez, determinó el cese del resguardo domiciliario que mantiene Gerardo Sosa desde el 3 de febrero de 2022.

La resolución derivó de una audiencia que duró tres horas, en la cual, Adolfo Estrada Díaz, defensor particular de Gerardo N, solicitó la modificación de la medida cautelar.

Esto, luego de argumentar que ya habían pasado más de cuatro años desde que se inició el proceso en contra del expresidente del Patronato de la Universidad y ex rector de la UAEH, y que todavía no se había celebrado el juicio, situación que contraviene el artículo 20, apartado B de la Constitución Política del país.


La normativa establece que la prisión preventiva “no podrá exceder del tiempo que como máximo de pena fije la ley al delito que motivare el proceso y en ningún caso será superior a dos años”.


Por lo anterior, el juez de control federal resolvió el cese del resguardo domiciliario; sin embargo, no ocurrió lo mismo con el uso de brazalete electrónico, aditamento que Gerardo N deberá seguir utilizando hasta en tanto no se celebre el juicio oral.

Luego de su aprehensión en 2020, el extitular del Patronato de la UAEH fue traslado al penal de máxima seguridad del Altiplano, pero dos años después, un juzgador le autorizó salir de prisión para seguir su proceso en resguardo domiciliario. Aquella ocasión, Gerardo N argumentó dificultades en su estado de salud.

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