El fin de semana se registró otra tragedia en varios estados de la República: cayó tal cantidad de lluvia que 66 personas murieron y 75 permanecen desaparecidas —al cierre de esta columna—. El golpe más duro se lo llevó Veracruz, donde “algunos de los casos en Poza Rica superan los casos por (el huracán) ‘Otis’”, me dijo el presidente de la Cruz Roja, Carlos Freaner Figueroa.
En 2023, ‘Otis’ arrasó en Guerrero y, dos años después, nuestros gobiernos no han aprendido nada. En aquella ocasión, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador cometió errores garrafales; por ejemplo, la noche del 25 de octubre, dijo que este fenómeno meteorológico tocaría tierra como categoría cinco entre las cuatro y las seis de la mañana del día siguiente, cuando debió haber emitido la alerta máxima, ya que en ese momento ya sabíamos que llegaría a la costa de Acapulco al filo de la medianoche. “Estábamos preparados” y “fue un fenómeno sin precedentes”, dijo López. Falso. Después reconoció que pensó en alertar con más fuerza en la víspera, pero decidió no hacerlo. Criminal. El resto de la historia ya la conocemos.
En 2025 la devastación vuelve a tocar tierra y difiero de quienes dicen que no hay que ver hacia el pasado, sino construir hacia el futuro; no concibo uno sin lo otro. Por ello, creo importante resaltar que esta vez —como hace dos años— las alertas existieron, pero los gobernantes fallaron.
El jueves 9 de octubre, la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, dijo que el río Cazones se había “desbordado ligeramente” y estimó —con base en sus amplios conocimientos meteorológicos, supongo— que la lluvia iría disminuyendo. Mentira criminal.
A las cuatro de la tarde de ese mismo jueves, la Conagua emitió un comunicado anunciando que, junto con la Coordinación Nacional de Protección Civil, reforzaba “las acciones de alertamiento a la población en general y la vigilancia de presas y ríos”, entre ellos en Veracruz, debido a los efectos de la tormenta tropical ‘Raymond’ y otros fenómenos meteorológicos. ¿Cuáles fueron esas acciones de alertamiento? ¿La gobernadora y su equipo de Protección Civil no lo sabían? ¿Estaban distraídos, confiados?
Además, en ese aviso, el Servicio Meteorológico Nacional alertó que las lluvias previstas para los días siguientes superarían la climatología de octubre en diversas regiones del país, estimando lluvias de muy fuertes a intensas en 12 entidades, entre ellas San Luis Potosí, Hidalgo y Veracruz. En esta última, incluso advirtió sobre posibles desbordamientos “principalmente en la cuenca del río Cazones”. ¿Necesitaban algo más para tomar medidas?
Horas después —casi a la medianoche— la comisión informó en otro comunicado que, derivado de las lluvias, el nivel de la presa Fernando Hiriart Balderrama “Zimapán” registraba un llenado del 102%, por lo que se realizaría un desfogue hacia el río Moctezuma, con posibles afectaciones en localidades de San Luis Potosí y Veracruz.
Además, el coordinador general del Servicio Meteorológico Nacional, Fabián Vázquez, explicó que “desde hoy (9 de octubre) y hasta el sábado (11 de octubre), ‘Raymond’, en combinación con el aporte de humedad de una zona de baja presión sobre el Golfo de México, ocasionará lluvias de 250 a 350 milímetros” en algunas zonas, incluido el norte de Veracruz. Esto ya era razón suficiente de alerta, pues con ‘Otis’ cayeron casi 300 mm.
Ante las proyecciones, toda esa semana buscamos a la titular de Protección Civil nacional, Laura Velázquez, para que emitiera recomendaciones. Nunca respondió.
Cero y van dos: ‘Otis’ y el huracán que no fue.
@azucenau
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