En los pueblos originarios de Hidalgo, la mariguana no es una planta cualquiera: es la Santa Rosa, también llamada “medicinita” por los tepehuas, quienes la veneran como un recurso sagrado de uso ritual, curativo y espiritual.
Esta visión ancestral sobre el cannabis aún se practica en municipios como Tulancingo (Santa Ana Hueytlalpan), Tenango de Doria, San Bartolo Tutotepec y Huehuetla, y se extiende hacia regiones de Puebla y Veracruz donde habita la etnia otomí-tepehua.
Entre los bädi –sacerdotes o curanderos– la mariguana es considerada un medio para acceder a dimensiones invisibles, donde se buscan respuestas, orientación o salud. Según la antropóloga Lourdes Báez Cubero, el bädi, conocido también como “el que sabe”, mastica y bebe la medicinita mezclada con refresco, hasta alcanzar un estado de trance. Desde ahí, su espíritu o nzahki se desprende del cuerpo y entra en contacto con entidades del “otro mundo”.
El uso ritual del cannabis cumple con tres propósitos fundamentales: pedir por la fertilidad de la tierra, honrar a los antepasados y curar enfermedades físicas o espirituales. En casos extremos, también se emplea para enfrentar al Zithu, figura que representa el mal o el desequilibrio. En estos contextos, el bädi actúa como puente entre los mundos, guiado por saberes otorgados por lo divino.
La Santa Rosa se cultiva únicamente para estos fines sagrados. Su siembra y secado siguen condiciones específicas que garantizan su potencia ritual. Nunca se comercializa. Nadie sabe con certeza cómo llegó esta planta a las comunidades indígenas, pero lo cierto es que fue adoptada como parte esencial del conocimiento espiritual.
Junto a la mariguana, también se reconoce a la Datura stramonium, conocida como tolohuache o floripondio, como otra planta sagrada de usos similares.
Cada año, alrededor del 23 de agosto, en lugares como San Bartolo Tutotepec se celebra una festividad en honor a la Santa Rosa, aunque la fecha puede variar en otras comunidades. En estas ceremonias, se agradece su presencia como vínculo sagrado con lo invisible.
Con información de Jorge Martínez... QEPD
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