Por más de cinco décadas, Pedro Ángeles Ventura, mejor conocido como Sam, ha estado al frente de la cantina Lluvia de Estrellas, uno de los establecimientos con más historia en Pachuca. El negocio, heredado de su padre, nació en la zona de Abasolo, a unas cuadras del edificio central de la UAEH, y es hoy uno de los referentes de la vida cantinera en la capital hidalguense.

“Mi papá fue quien fundó la Lluvia de Estrellas, que antes era piquera y pulcata. Tenemos de los permisos más antiguos en Pachuca”, recordó Pedro con orgullo. “Yo me hice cargo del negocio por allá del 78 o 79, y hace poco cumplí 50 años detrás de la barra”.

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Desde niño, Pedro ayudaba a su padre limpiando el lugar antes de ir a la escuela. “Me levantaba temprano para barrer dentro de la barra, porque a veces a mi papá se le caían las monedas y me gustaba encontrarlas; así aprendí a querer el negocio”, dijo entre risas. Los clientes de su padre fueron quienes le enseñaron los primeros secretos de la coctelería: “me decían ‘échale más coca, más agua mineral’, y así aprendí a preparar cubas”.

Pedro Ángeles, medio siglo detrás de la barra de “Lluvia de Estrellas” | Foto: Cinthya Carbajal
Pedro Ángeles, medio siglo detrás de la barra de “Lluvia de Estrellas” | Foto: Cinthya Carbajal

Pedro confiesa que la clientela de antes era muy distinta. “Antes había muchos pleitos, cada rato se armaban los golpes, pero todo cambió cuando empecé a dejar entrar mujeres al negocio”, contó. Ese cambio, dice, transformó el ambiente por completo: “parece caballería, pura parejita tranquila, yo sé educar a mi clientela. Si se empiezan a hacer de palabras, los separo o los invito a cambiarse de mesa, por eso llevo tantos años sin un solo problema”.

Actualmente, Lluvia de Estrellas recibe tanto a jóvenes como a adultos mayores que buscan un lugar tranquilo para convivir. “Viene gente grande con su esposa, y también grupos de muchachas a celebrar su cumpleaños. Todos se sienten a gusto porque aquí pueden platicar y disfrutar sin interrupciones”, comentó.

Pedro Ángeles, medio siglo detrás de la barra de “Lluvia de Estrellas” | Foto: Cinthya Carbajal
Pedro Ángeles, medio siglo detrás de la barra de “Lluvia de Estrellas” | Foto: Cinthya Carbajal

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El nacimiento de la “chinchelada”

Aunque el local se llama oficialmente Lluvia de Estrellas, muchos lo conocen como Las Chinches, por la popular bebida que lo hizo famoso. “Las chincheladas nacieron como micheladas con mariscos, pero yo les agregué un ‘recargón’ de bacardi blanco para darles más sabor”, explicó Pedro. “El nombre viene de mi papá, a quien le decían Chinchis Bravas porque nadie se le iba sin pagar; yo lo puse en su honor”.

Entre las especialidades del lugar están también las quemaditas, los vampiros y el conejo, tragos que los clientes aseguran son “de los mejores de Pachuca”.

El nacimiento de la “chinchelada” | Foto: Cinthya Carbajal
El nacimiento de la “chinchelada” | Foto: Cinthya Carbajal

Pedro pertenece a una familia de siete hermanos, aunque solo él siguió con la tradición cantinera. “Mi hija estudió coctelería, pero al casarse ya no pudo seguir viniendo. Aun así, todo lo que hago es pensando en mis nietas, este negocio es para ellas”, comentó.

Consciente del paso del tiempo, Sam desea que su legado perdure. “Espero que alguien, ya sea de mi familia o alguien que valore el trato al cliente, continúe con el negocio; eso es lo único que le pido a Dios”, expresó con emoción.

El nacimiento de la “chinchelada” | Foto: Cinthya Carbajal
El nacimiento de la “chinchelada” | Foto: Cinthya Carbajal

Entre música y recuerdos

En las paredes de Las Chinches cuelgan decenas de fotografías de clientes y amigos que, con el tiempo, se han vuelto parte del lugar. “Comencé con una foto que me gustó y desde entonces todos quieren tener la suya; es la decoración más cara, pero también la más bonita, porque refleja la historia de quienes vienen aquí”, dijo.

Entre música y recuerdos | Foto: Cinthya Carbajal
Entre música y recuerdos | Foto: Cinthya Carbajal

Su gusto musical es tan variado como su clientela. “A mí me gusta de todo: mariachi, norteño, baladas, tríos; mi ídolo fue José José”, comentó con nostalgia.

El negocio se ubica en José María Bandera 411, colonia Doctores, y sigue siendo punto de encuentro para quienes buscan un ambiente relajado. “Aquí el cliente manda: si quieren le bajamos a la música, si no, se la subimos, ¡lo importante es que se sientan a gusto!”, aseguró Pedro.

Entre música y recuerdos | Foto: Cinthya Carbajal
Entre música y recuerdos | Foto: Cinthya Carbajal

Con medio siglo al frente de la barra, Sam se ha ganado el respeto y el cariño de generaciones de clientes. “Que vengan a conocer mi negocio, porque aquí se van a pasar un rato agradable y sin problemas. Gracias a Dios, en todos estos años, no he tenido ni un solo pleito.”

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