El querer es poder” mencionó Mario, el que desafía los límites en dos ruedas.

En medio del bullicio de la Ciudad de México, entre avenidas congestionadas y lluvias impredecibles, transita día con día un hombre que ha convertido el trabajo en su terapia y la adversidad en motor de vida. Su nombre es Mario Carbajal Gutiérrez, tiene 35 años, vive en la alcaldía Iztapalapa y es padre de tres niñas.

También es repartidor por aplicación y, desde hace tres años, realiza su labor sobre una motocicleta adaptada tras perder su pierna izquierda.

Lee también

Mario Carbajal perdió una de sus piernas a causa de una miocarditis fulminante derivada de una trombosis / Foto: Juan Carlos Williams. EL UNIVERSAL
Mario Carbajal perdió una de sus piernas a causa de una miocarditis fulminante derivada de una trombosis / Foto: Juan Carlos Williams. EL UNIVERSAL

Una enfermedad cardíaca conocida como miocarditis fulminante cambió su vida por completo.

Las complicaciones derivaron en una trombosis que llevó a la amputación de su pierna.

Pero lejos de detenerse, Mario encontró una manera de seguir adelante.

“Me gusta mucho mi trabajo, me gusta andar en la moto, por eso adapté mi herramienta de trabajo”, comenta con una sonrisa mientras ajusta las muletas en una bandeja colocada especialmente en su motocicleta. En la zona de los pedales, un bastón metálico le permite realizar los cambios de marcha.

Su vehículo, modificado con ingenio y determinación, es el fiel compañero de largas jornadas que inician temprano y terminan con el sol escondido, tras recorrer decenas de kilómetros por toda la capital.

Mario trabaja alrededor de 10 horas diarias, con ingresos que oscilan entre los 500 y mil pesos por día. La lluvia, las calles en mal estado o el cansancio no son obstáculos.

Mario Carbajal perdió una de sus piernas a causa de una miocarditis fulminante derivada de una trombosis / Foto: Juan Carlos Williams. EL UNIVERSAL
Mario Carbajal perdió una de sus piernas a causa de una miocarditis fulminante derivada de una trombosis / Foto: Juan Carlos Williams. EL UNIVERSAL

“Las lluvias no son impedimento para mí. Me gusta trabajar y también cae mucho trabajo, pero me da más miedo caminar por las banquetas que andar rodando en la moto”, confieso entre risas.

Su presencia no pasa desapercibida. Quienes reciben sus pedidos se muestran sorprendidos al ver a un repartidor con muletas. Muchos lo admiran, algunos le entregan propinas conmovidos por su historia.

Lee también

“Me gusta salir a trabajar, me sirve de terapia y me siento útil. Trabajo para que algún día me alcance para mi prótesis de pierna”, explica con firmeza.

Su motivación es ver crecer a sus hijas, su familia, su deseo de superarse cada día.

Mario comentó que el busca oportunidades. Y sobre todo, comparte una filosofía de vida que lo impulsa a diario: “El querer es poder. Siempre hay una forma de salir adelante. Uno solito se pone sus límites, siempre se puede”.

¡EL UNIVERSAL HIDALGO ya está en WhatsApp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News