La banda mexicana Molotov ofreció este viernes una noche electrizante en el mítico Cabaret Sauvage de París, reafirmando su estatus como una de las agrupaciones más potentes y provocadoras del rock latino. El público, eufórico desde el primer acorde, vibró con un repertorio que recorrió lo mejor de su carrera.

Éxitos como "Frijolero", con su dura crítica a la discriminación, y el clásico "Gimme the Power", convertido ya en himno generacional, retumbaron en cada rincón del recinto parisino, mientras cientos de fans coreaban cada palabra, muchos de ellos con banderas mexicanas alzadas.

Foto: Claudia Moriame
Foto: Claudia Moriame

En esta gira europea, Jay de la Cueva —músico multifacético y exintegrante de Moderatto y Titán— se sumó como reemplazo temporal de uno de los integrantes originales, quien se encuentra en recuperación médica en México. Jay no solo cumplió con creces el reto, sino que aportó su carisma y energía característica, complementando a la perfección la fuerza escénica de Molotov.

Uno de los momentos más emotivos de la noche ocurrió cuando Jay tomó el micrófono para invitar al público a cantar “Las Mañanitas” a su padre, Javier de la Cueva, presente entre los asistentes. El gesto desató una ola de aplausos y mostró el lado más cercano y humano del espectáculo.

Entre distorsiones poderosas, letras afiladas y una audiencia entregada, Molotov dejó claro que su mensaje sigue más vigente que nunca. El concierto en el Cabaret Sauvage no solo fue una fiesta del rock mexicano, sino también un recordatorio del impacto de la música como protesta, homenaje y punto de encuentro entre generaciones.

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