Una de las mayores expresiones de la violencia ocurre cuando un gran número de personas enfurecidas decide lastimar o destruir a algo o a alguien. La masa pierde el control y se deja llevar por sus emociones, las cuales no se detendrán hasta satisfacer su necesidad de venganza o su deseo de exterminar una amenaza. Los linchamientos son la expresión más cruda de la violencia desde la comunidad. Tradicionalmente, estas acciones se llevan a cabo en centros, quioscos y plazas públicas, lugares que el colectivo reconoce como espacios de organización y manifestación violenta.

El término linchamiento (lynching) tiene sus orígenes en la Guerra de Independencia norteamericana, cuando el juez Charles Lynch decidió castigar extralegalmente a un grupo de leales al imperio británico, aun cuando estos habían sido absueltos por un jurado oficial. Posteriormente, esta práctica derivó en el uso de la fuerza colectiva como método de explotación y segregación racial, ejercido por blancos hacia negros. Incluso hay registros de tarjetas postales enviadas desde Estados Unidos con fotografías de cuerpos afrodescendientes colgados de árboles tras ser linchados.

Probablemente, el primer linchamiento notable en México ocurrió en 1897, cuando el general Díaz fue víctima de un atentado a manos de Arnulfo Arroyo durante los festejos de Independencia. Arroyo fue detenido y linchado por la muchedumbre, que lo sacó de la comisaría donde se encontraba detenido y lo apuñaló hasta causarle la muerte.

Históricamente, el linchamiento más recordado y mediáticamente abordado fue el ocurrido en San Miguel Canoa, en la segunda mitad de la década de 1960, cuando tres trabajadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla fueron señalados como comunistas por el sacerdote del pueblo, quien manipuló a los pobladores para que cometieran el linchamiento en el que murieron los universitarios.

El reporte de la Dirección Federal de Seguridad

El linchamiento de San Miguel Canoa ocurrió la noche del 14 de septiembre de 1968, a las faldas de La Malinche. Al día siguiente, la Dirección Federal de Seguridad (DFS) ya tenía su reporte listo, el cual indicaba lo siguiente:

"Cinco empleados de la Universidad Autónoma de Puebla organizaron ayer un paseo a la falda del cerro de La Malinche, cerca del pueblo de San Miguel Canoa, perteneciente al municipio de Puebla. Los organizadores del paseo, de nombres:

Manuel Gutiérrez Calvario, Jesús Carrillo Sánchez, Julián González Báez, Roberto Rojano Aguirre y Miguel Flores Cruz,fueron víctimas de un grupo de 800 vecinos del pueblo, que se amotinaron al grito de ‘¡Mueran los comunistas!’. Asesinaron a machetazos a los dos primeros mencionados e hirieron a los tres restantes. También mataron al señor Lucas Fuentes y a su hermano, dueño de la casa de donde fueron sacados los empleados de la Universidad."

Linchamiento en Canoa I Archivo El Universal Hidalgo
Linchamiento en Canoa I Archivo El Universal Hidalgo

De acuerdo con los expedientes de la DFS, en manos del equipo de investigación de Expedientes Secretos H, los hechos sucedieron así:

Los cinco empleados se dirigieron en autobús desde esta ciudad al pueblo de San Miguel Canoa para iniciar el ascenso al cerro de La Malinche, aproximadamente a las 17:00 horas. Sin embargo, debido a un torrencial aguacero, decidieron esperar a que pasara el mal tiempo y entraron a una tienda a comer unas tortas. Al no haber transporte para regresar a Puebla, solicitaron albergue en la iglesia del lugar. Se presentaron ante el cura Enrique Meza, a quien informaron que eran empleados de la UAP. El cura se negó a permitir que pasaran la noche en la iglesia, por lo que los solicitantes lograron refugiarse de la lluvia en la casa de Lucas Fuentes.

Linchamiento en Canoa I Archivo El Universal Hidalgo
Linchamiento en Canoa I Archivo El Universal Hidalgo

Aproximadamente a las 22:00 horas comenzaron a sonar las campanas de la iglesia. Llegaron vecinos del pueblo gritando que iban a quemar a los comunistas que se habían encerrado en esa casa, ubicada a 300 metros de la plaza de San Miguel Canoa. Los hermanos Fuentes intentaron evitar el linchamiento, explicando que no eran estudiantes, sino empleados. Sin embargo, los amotinados no quisieron escuchar razones y los sacaron a todos, con los resultados ya mencionados.

Roberto Rojano, uno de los heridos, manifestó que había escuchado comentarios sobre un grupo de estudiantes de la Escuela de Economía, encabezados por Roberto Burgos, que anteriormente habían ido al pueblo a efectuar un mitin para pedir apoyo al movimiento estudiantil que se desarrollaba en la Ciudad de México. También se comentó en el pueblo que esos estudiantes saquearon una tienda e izaron una bandera rojinegra en el zócalo de Canoa. Por esta razón, los vecinos estaban enardecidos contra los empleados, a quienes confundieron con estudiantes, azuzados por el cura Meza, quien ya tenía antecedentes de intervenir en actos de agitación en el lugar.

Linchamiento en Canoa I Archivo El Universal Hidalgo
Linchamiento en Canoa I Archivo El Universal Hidalgo

Se hace notar que entre los agresores amotinados se encontraba Martín Pérez, presidente de la Junta Municipal Auxiliar de San Miguel Canoa, quien gozaba de la confianza del cura mencionado.

Con el documento en manos de Expedientes Secretos H, se puede constatar cómo la Dirección Federal de Seguridad mantenía un fuerte cerco alrededor de cualquier acontecimiento en el que participaran estudiantes o trabajadores universitarios, situación que se intensificó conforme se acercaba el 2 de octubre de 1968.

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