En México, la creciente demanda de salas de hemodiálisis refleja un grave problema que repercute en la salud de las personas, se trata del consumo excesivo de bebidas azucaradas, como refrescos, las cuales provocan graves enfermedades en los riñones.
De acuerdo con especialistas, el exceso de azúcar deteriora gradualmente la función renal hasta llegar a un punto en que los riñones dejan de funcionar por completo.
Cuando esto ocurre, los pacientes requieren diálisis, un procedimiento para limpiar la sangre de manera artificial. Existen dos métodos: diálisis peritoneal, que se realiza a través del abdomen; y hemodiálisis, que se efectúa mediante las venas.
Este tratamiento debe realizarse de dos a tres veces por semana, con sesiones que duran entre cuatro y seis horas, lo que impacta gravemente la calidad de vida. Además, los pacientes pierden en promedio 10 años de esperanza de vida, afirmó el Dr. David Kershenobich Stalnikowitz, secretario de salud de México.
La presidenta Claudia Sheinbaum, en su conferencia matutina, llamó a la población para crear conciencia sobre el daño que provoca el consumo excesivo de azúcares y refrescos.
Señaló que este problema “va más allá de subir de peso o de cómo te ves. Es un tema de salud pública”. Al advertir que el abuso en el consumo de refrescos está detrás de enfermedades graves como la diabetes, hipertensión y la insuficiencia renal.
Además, el secretario de salud señaló que el consumo de bebidas azucaradas implica un contagio social, donde se reproduce una mala costumbre y así los niños y jóvenes normalizan la situación; sin embargo, esto debe cambiar y disminuir el consumo que se tiene actualmente.
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