En México, los negocios familiares representan el 99.8% del total de empresas y constituyen el verdadero motor de la economía. Generan empleos, sostienen comunidades y son protagonistas silenciosos de la integración regional. Por ello, en la consulta que hoy se abre en torno al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), su voz debe estar en el centro de las decisiones.
El T-MEC no es un simple tratado de reducción arancelaria; es la plataforma que ha permitido consolidar a México como socio estratégico de la región. En 2025, el comercio bilateral con Estados Unidos alcanzó 285 mil millones de dólares en los primeros cuatro meses del año, lo que representó el 14.7% del comercio global estadounidense. Con Canadá, la cifra ascendió a 13,590 millones de dólares, consolidando a México como su tercer socio comercial. Detrás de estas grandes cifras están miles de negocios familiares que, día a día, exportan, importan, transportan y comercializan bienes y servicios.
Los beneficios son claros: desde 1994, el Tratado ha generado hasta 6 millones de empleos directos, con un 37% del empleo formal mexicano vinculado a él. Más de la mitad proviene de la manufactura, pero también destacan la agroindustria y el sector terciario (comercio exterior, transporte y turismo de negocios). Estos datos confirman que el T-MEC ha sido una palanca de crecimiento y estabilidad, pero también evidencian la urgencia de ir más allá.
Para los negocios familiares, la consulta debe garantizar cinco principios fundamentales: reglas claras de origen que fortalezcan la producción regional; procesos aduaneros modernos y transparentes; acceso equitativo a cadenas de valor para las MIPyMES; mecanismos imparciales de solución de controversias; y obligaciones laborales y ambientales compartidas entre los tres países.
Además, en un entorno global de competencia entre bloques, es fundamental que los beneficios arancelarios y no arancelarios del T-MEC sean preferenciales respecto a países fuera de la región. No se trata solo de comerciar, sino de blindar a Norteamérica como un bloque competitivo frente a Asia y Europa.
La CONCANACO SERVYTUR, como organismo de consulta obligada reconocido por la Ley, asume su papel con responsabilidad. Representamos a más de 2 millones de empresarias, empresarios y dueños de negocios familiares, que aportan 66% del PIB, 74 de cada 100 empleos formales y 70% de los registros patronales del IMSS. Nuestra voz, y la de ellos, debe estar presente en cada mesa de trabajo.
El T-MEC es más que un acuerdo comercial: es la oportunidad de asegurar que el esfuerzo de millones de negocios familiares se traduzca en un México más competitivo, una región más integrada y un futuro con mayor certidumbre para todos.
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