Voces nostálgicas y de impotencia se escuchan en los micrófonos de Altiplania Radio, que este 31 de octubre, cierra operaciones al concluir la vigencia de su concesión, para dar paso al grave silencio de un sistema instaurado por el gobierno de Hidalgo en la década de los setentas.
Asentada en Tepeapulco, se convirtió en el desahogo de programas generados desde la estación 98.1 FM considerada como matriz, ante el abrupto cierre de once estaciones como consecuencia de la estupidez burocrática de los anteriores administradores.
Antes de irse y al conocer la magnitud de la falla, el entonces director Cristian Guerrero Barragán buscó refrendar las concesiones, pero ya era tarde, los consejeros del Instituto federal de Telecomunicaciones (IFT) fueron determinantes.
Entonces ingresó tres peticiones que fueron aprobadas. Huejutla, Jacala y Tlanchinol que podrán operar hasta el 2037.
Durante el mes de agosto del 2022, unos días antes de que tomara protesta el nuevo gobernador Julio Menchaca, se hicieron los últimos trámites y aun cuando existían las concesiones dispuestas se fueron al silencio aterrador en zonas indígenas y depauperadas como las ubicadas en la sierra y huasteca hidalguense.
La estación de Huejutla XHCPDD-FM, en la frecuencia 92.7 MHz, fue concedida el 13 de julio según la resolución IFT/130722/405 del IFT; la XHCPDZ-FM ubicada en Tlanchinol fue autorizada para irradiar desde la frecuencia 94.1 MHz y finalmente la XHCPDY-FM de Jacala, tendrá su programación desde el 91.1 del cuadrante, ambas con vigencia de 15 años.
Ese silencio innecesario, debió servir como una reflexión del valor de un bien público que se ha desperdiciado con una programación distante de los escuchas y más, de los principios de la radio pública que busca ensanchar los principios de igualdad, nacionalismo y de divertimento sano.
Dentro del expediente CNDH/6/2023/2019/Q la Comisión Nacional de los Derechos Humanos contestó que de acuerdo al IFT, los grupos indígenas afectados con este silencio radiofónico tenían toda la posibilidad de gestionar las radios comunales a través de organizaciones étnicas, para de ese modo regresar esa importante vía de información.
Con la propuesta que hace el IFT, el mapa de Hidalgo se vería atendido de nueva cuenta. Con las existentes, se tendría cubierta la huasteca con la estación en Huejutla, luego las dos sierras con Tlanchinol y Jacala. Y en caso de asumir la organización de los hñahñu y los habitantes de la Otomí Tepehua, para demandar estaciones comunales, entonces se podría hablar de rescate, antes de eso, es sólo demagogia.
Ahora, para darle valor a estos dos medios tan importantes de comunicación, deberán gestionarse contenidos servibles, y dejar atrás los programas que sólo desorientan a la opinión pública por la falta de objetividad y, entonces si, presumir al defensor de las audiencias.
Nimiedades: Dicen que quien pida licencia para buscar una candidatura, sino gana, ya no será admitido de nueva cuenta.