Con una visión futurista el gobernador de Querétaro Mauricio Kuri González ya planeó un acueducto que le garantizará el desarrollo urbano e industrial de los próximos 50 años para su capital y la zona oriente, sin importar el origen del agua y el incremento de la desigualdad social con sus vecinos de Hidalgo.
Se habla de una inversión cercana a los 14 mil millones de pesos que habría de costar la obra que permitirá sustraer entre 3 y 7 mil metros cúbicos por segundo de la presa Zimapán mediante el llamado Acueducto III y que hoy lunes podría estar autorizando el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La obra se ha cuestionado no por hacerse, sino más bien por la desigualdad que provoca, porque mientras se atraen más masas hacía ciudades cosmopolitas como es Querétaro, existe otro segmento de la población en este, una decena de comunidades en territorio hidalguense que sólo observa como el preciado líquido es arrancado de sus tierras, sin que ellos puedan satisfacer al menos el servicio doméstico.
Con la construcción de la presa Zimapán fueron muchas las esperanzas de que su suerte de vivir en un desierto cambiaría, sin embargo, con el paso del tiempo observaron que sus condiciones son las mismas o peores, reportando una forzosa migración.
Las labores agrícolas que en su momento fueron regadas con aguas de la presa, se las apropió la misma CFE y les dejó un abastecimiento menor que no garantiza una irrigación agrícola suficiente.
Y una muestra de esta injusta repartición del agua, está la situación en que viven los habitantes de Las Adjuntas, quienes carecen su agua potable para el uso doméstico. Y como si fuera una broma, los vecinos deben viajar a La Mora para comprar garrafones de agua para beber y sus quehaceres en la cocina o la ropa.
El gobernador queretano Kuri González busca verse como un gobernador vanguardista y antes de las elecciones obtener la asignación del caudal proyectado ante la Conagua y la Presidencia de la República, aunque hasta el momento nada o poco sabe como sufragar los gastos del acueducto.
En el presupuesto del 2024 de la Federación y en el estatal no existe monto alguno destinado para el Acueducto III y en distintas intervenciones públicas, el gobernante ha dicho que buscará que López Obrador le apoye para la construcción, por ser una cantidad alta.
Se estima un gasto de 14 mil millones de pesos y no descartan la participación de la iniciativa privada con recursos.
Políticamente es un buen gancho al hígado anunciar la proyección de Querétaro como una ciudad con agua para los próximos 50 años, sin embargo, no ha contado que el agua la requieren como reserva, puesto que con el acueducto II que extrae de Zimapán 4 mil metros cúbicos por segundo, tiene un gasto garantizado en los próximos diez años.
Plausible sería que una condición para dejar que nos roben el agua, se comprometan a dotar de agua suficiente para labores domésticas y de labranza a los distantes vecinos de Zimapán.