Vamos hacia las elecciones que tiene el mayor número de candidatos en lucha, por lo tanto, nos encontramos ante cientos y serán miles de discursos de los candidatos lanzando su mejor propuesta, algunos tendrán la oportunidad de ser escuchados, otros o muchos miles no tanto, puesto que la ausencia de preparación y conocimiento del cargo que buscan los hacen lanzar promesas que no se pueden cumplir.
Los aspirantes a una diputación local ayer se estrenaron en campañas lanzando promesas tan comunes y masticadas como el prometer ser diferentes o bien ser gestores incansables ante las autoridades de los tres órdenes de gobierno.
Aquí es cuando un ciudadano común valora la riqueza o pobreza representativa que tendremos en el Congreso del Estado, que en las últimas legislaturas ha padecido de dos grandes males: una grave crisis de credibilidad y otra que es su baja rentabilidad.
Revalorar la representatividad social que debe tener un órgano colegiado como es el Congreso, se antoja como la primera línea que quieren escuchar los votantes, donde exista un compromiso real de fortalecer esa institución, de darle viabilidad a reformas y leyes servibles.
Hace algunos días escuchamos una de las peores frivolidades en el seno del congreso, al promover el reconocimiento a la masonería, instaurando un día específico al año. Si nos vamos al fondo de esta propuesta, primero habría que preguntar el por qué violar el secretismo que han adoptado por siglos. Sobre todo, cuando se cree que el velo de secreto representa la búsqueda del conocimiento oculto y la verdad espiritual y el revelar todo podría socavar la profundidad de la experiencia iniciática.
Entonces, exhibir una práctica públicamente por un avispado diputado que se enteró que existen, pues realmente lo aleja de alguna vez pertenecer a una agrupación de este tipo que busca perfeccionar la universalidad del pensamiento.
Como también han existido quienes buscan hacerse notar con propuestas tan simples pero rentables como abonar a la adoración de las mascotas.
Hay leyes pendientes que deben reformarse en materia de salud, en materia de derechos agrarios, en materia productiva. Hay muchos pendientes que necesitan ser resueltos por diputados comprometidos que no anden de gira, que se dediquen efectivamente a hacer caminar el estado de Derecho de la sociedad hidalguense a partir de una legislación efectiva.
Un ejemplo tácito de la inutilidad de su trabajo fue la urgente y necesaria reforma a la ley de protección a periodistas. Los compañeros se siguen escondiendo de sus agresores en la huasteca, por ejemplo, ante la ausencia de mecanismos legales para actuar de forma contundente y evitar una agresión que piensan reparar con una esquela.
Aquí, se tendrá que definir el rumbo de la legislatura próxima con gente de leyes en la coordinación, que tenga la visión de reinaugurar la llamada Casa del Pueblo.