Alberto Aziz Nassif

Un año difícil

Alberto Aziz Nassif
07/10/2025 |09:35
WEB El Universal Hidalgo
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Si hay algo que caracteriza al primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum es que ha sido complejo y difícil. Hay diversos balances que ponderan las partes positivas, las negativas y, sobre todo, marcan la incertidumbre que viene en el futuro inmediato.

1. En el nivel estructural está en primer lugar, la relación con Estados Unidos, sobre todo desde que Trump llegó por segunda vez a la oficina oval de la Casa Blanca. Sin duda, ha sido quizá el factor más complicado para la presidenta, y será un vector de tensión permanente. Al menos hay dos planos que han sido y seguirán siendo complicados: la presión en contra de los cárteles de la droga, que ahora han sido nombrados terroristas; hay una insistencia sistemática de Estados Unidos sobre la relación entre el crimen organizado y el gobierno. La otra veta complicada será la económica que ya empezó, hay un estire y afloja sobre los aranceles. El tema más importante de los próximos meses será la renegociación del T-MEC. Otro de los problemas de la relación bilateral es la migración, que ha bajado su intensidad, pero ha crecido la confrontación dentro de Estados Unidos.

La otra parte de lo estructural ha sido el cambio de las reglas del juego que ha modificado el régimen. Las reformas que propuso-impuso AMLO desde febrero de 2024, se han aprobado de manera frenética a partir de septiembre del año pasado. A este intenso reformismo le falta el nuevo sistema electoral que se anuncia para los primeros meses de 2026. Tenemos hoy una arquitectura constitucional que pasó de un régimen plural de contrapesos, gobiernos divididos, división de poderes, multipartidismo, acotamiento del poder presidencial, múltiples organismos autónomos y una seguridad pública civil, a un sistema de partido hegemónico, sin división de poderes, con un hiperpresidencialismo, centralización del poder, un congreso con mayoría calificada, el poder judicial al gusto del oficialismo, la desaparición de los organismos autónomos y militarización completa de la seguridad pública.

2. Con los estilos de gobierno entre este sexenio y el pasado se han desplegado la personalidad y las estrategias. Se ha insistido mucho en que hay marcadas diferencias entre AMLO y CSP, como la que se da en la polarización, en donde se observa una disminución. Simpatizantes del oficialismo señalan que con el obradorismo fue necesario un método rudo para implantar un nuevo modelo y dejar atrás el neoliberalismo, separar política de economía y mejorar los altos niveles de pobreza. Sobre esa base, se dice que ahora viene una continuidad con cambio, un “segundo piso de la transformación”. Lo cierto es que se trata (en gran parte) del mismo proyecto de antes de la 4T en lo económico, se incluye una política social similar y un discurso político que se mantiene. Sin embargo, se ven cambios en la acción en contra del crimen, y los enemigos políticos han regresado a ser simplemente adversarios. El mismo proyecto, un discurso similar, pero cambian algunas prioridades.

3. La adversidad no llegó de fuera sino del mismo corazón del obradorismo. Las denuncias de corrupción le han pegado por varios lados al gobierno anterior y a su líder. Hasta ahora se ha llegado a niveles altos de la coalición de gobierno, como los sobrinos del exalmirante de la Marina o el secretario de seguridad de Adán Augusto López, pero se hace todo lo posible para blindar a los siguientes niveles. El volumen del desfalco al erario por el huachicol fiscal llega a niveles extraordinarios; se habla de montos de 600 mil millones de pesos, en una densa red criminal en la que hasta el momento solo se ve la punta de un gran iceberg que seguirá instalado en la atención pública, a medida que se vayan develando más nombres, empresas, cárteles, políticos, empresarios (Proceso, octubre 2025). ¿A dónde fueron a dar esas cantidades millonarias de dinero? Se manejan hipótesis sobre dinero sucio a campañas políticas del oficialismo.

Un año difícil para la presidenta y el que viene no se ve fácil. Tendrá que lidiar con Trump, negociar un nuevo T-MEC; decidir hasta dónde combatir a la corrupción interna. Además, administrar un gobierno sin recursos y con un crecimiento económico bajísimo. ¿Mantendrá unida a su coalición de gobierno o romperá los pactos de impunidad?

Investigador del CIESAS. @AzizNassif

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