El Panquetzaliztli era la fiesta de los mexicas que celebraba el nacimiento de Huitzilopochtli, dios solar y de la guerra, la cual se desarrollaba durante el solsticio de invierno. Su nombre, se refiere al momento en que, según la tradición mexica, el sol comienza a ascender nuevamente después de la oscuridad, simbolizando el renacimiento de la luz.
Durante la festividad, se realizaban rituales, sacrificios y danzas para fortalecer al dios y asegurar la continuidad de la vida. El Panquetzaliztli no solo honraba a Huitzilopochtli, sino que también representaba la lucha cósmica entre la luz y la oscuridad, con la esperanza de que el sol regresara con más fuerza para iluminar el mundo.
Para las culturas mesoamericanas, este fenómeno astronómico no solo tenía un sentido agrícola, sino también un fuerte simbolismo cósmico y espiritual. El solsticio representaba la renovación del ciclo de la vida, el triunfo de la luz sobre la oscuridad y el renacimiento del sol que aseguraba la continuidad de la vida en la Tierra.
El simbolismo del solsticio de invierno y el retorno del sol está presente en muchas culturas alrededor del mundo. Estas celebraciones suelen estar vinculadas a figuras de la mitología solar, que también experimentan muertes simbólicas y renacimientos al final del año.
En la antigua Roma, la festividad de las Saturnalias (celebrada entre el 17 y el 23 de diciembre) coincidía con el solsticio de invierno. Durante este tiempo, los romanos celebraban la victoria de Saturno, el dios de la cosecha, sobre las fuerzas de la oscuridad. La festividad tenía un fuerte carácter de renovación, regocijo y una celebración del retorno de la luz.
En las culturas nórdicas y germánicas, el solsticio de invierno era también un momento de gran importancia. El dios solar Balder, hijo de Odín, es asociado con el solsticio y con el renacimiento del sol. Según la mitología, Balder es herido de muerte por su hermano Loki, pero su muerte simboliza la llegada de un nuevo ciclo de luz.
La festividad de Navidad, celebrada el 25 de diciembre, está situada cerca del solsticio de invierno, y se relaciona con el nacimiento de Jesús, quien es considerado la "luz del mundo". En muchas culturas cristianas, la Navidad simboliza la llegada de la luz divina para iluminar la oscuridad, paralelismo claro con el renacimiento del sol.
En las antiguas civilizaciones andinas, el Inti Raymi, o fiesta del sol, celebraba el regreso del sol tras el solsticio de invierno, coincidiendo con el inicio de la temporada agrícola. Aunque este evento ocurría en junio (solsticio de invierno en el hemisferio sur), el simbolismo de la renovación solar y el regreso de la luz es el mismo.
La figura de Huitzilopochtli, el sol y la guerra, y las festividades como el Panquetzaliztli en el contexto del solsticio de invierno, muestran cómo los mexicas entendían la relación entre el tiempo. De esta manera, la festividad no solo celebraba al dios guerrero y al sol, sino que también rendía homenaje a la continuidad de la vida, un concepto fundamental para los mexicas, que veían en cada ciclo solar la promesa de un nuevo comienzo, la victoria de la luz sobre las sombras.
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