Las diferencias entre el Partido Verde y sus aliados de Morena cada vez son más claras y evidentes. Lo que empezó como quejas de los dirigentes verdes por un “maltrato” de las cúpulas morenistas y de la 4T, se ha tornado ya en una relación tensa en la que los intereses de los dos partidos que han sido aliados electorales desde 2018 empiezan a chocar y hacen que ya surjan voces, en ambos lados, que consideran el rompimiento de la alianza como solución a esas diferencias que empiezan a ser irreconciliables.

Lo que vino a atizar y a acelerar la inconformidad de los altos dirigentes del PVEM fue la reforma legal “antinepotista” de la presidenta, Claudia Sheinbaum, que en un principio, cuando se envió al Congreso hace unos meses, parecía llevar dedicatoria expresa para el gobernador verde de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Carmona, quien está obsesionado con postular como candidata a gobernadora a su esposa, la actual senadora potosina, Ruth Miriam González Silva.

Los verdes, que se opusieron a esa ley y hasta terminaron votando en contra, sintieron que la reforma llevaba dedicatoria para ellos, aunque en realidad la presidenta Sheinbaum vio en esos cambios legales la oportunidad de frenar también a varias “dinastías” dentro de Morena que pretenden heredarse los gobiernos estatales entre familiares directos. De cualquier modo, cuando se planteó esa reforma, aprobada en marzo pasado, ya había muchas quejas y resentimientos que los del PVEM le reclamaban a Morena, argumentando que el apoyo que les daban ellos con sus votos en el Congreso, no correspondía a la forma en que los trataban.

Pero conforme se acercan las elecciones intermedias de 2027, donde se renuevan 17 gubernaturas, las tensiones entre los dos partidos aliados se han incrementado. Al caso de San Luis Potosí, se suma lo que sucede en Quintana Roo, donde la gobernadora Mara Lezama y su aliado, Jorge Emilio Gónzalez, líder real del PVEM intentan que el candidato a la gubernatura dentro de dos años sea el senador Eugenio Segura Vázquez, quien fuera secretario de Finanzas del estado, y a quien han ido preparando con la idea de que sea el sucesor de la actual gubernatura. El problema es que en Morena hay otro aspirante fuerte, el director de la Agencia Nacional de Aduanas, Rafael Marín Mollinedo, quien conoce muy bien la política quintanarroense y fue quien fundó al partido de López Obrador en ese estado.

Incluso, ahora que Luisa María Alcalde fue a Zacatecas a declarar que Saúl Monreal Avila, senador por Morena, estaría impedido para ser candidato a gobernador, como lo ha expresado el propio legislador, por ser hermano del actual gobernador, David Monreal, la respuesta del senador fue más que clara sobre la posibilidad de ser candidato, si no por Morena sí por otro partido y buscar la gubernatura zacatecana “si el pueblo quiere que yo sea su gobernador”. Y el partido que podría postular a Saúl Monreal es justamente el PVEM.

Algo similar podría ocurrir en Guerrero, si Morena le cierra la puerta a Félix Salgado Macedonio, el también senador que lidera las encuestas y que también ha repetido la misma consigna de que “si el pueblo me lo pide seré gobernador”. Es decir, que los Verdes ya se dieron cuenta de que tendrían posibilidades de ganar varios estados por su propia cuenta y eso ha hecho que surja dentro del partido una corriente que pugna por un rompimiento total de la alianza con Morena para contender solos en el 2027.

Esa corriente la encabeza ya públicamente el dirigente Arturo Escobar, exsenador pevemista, quien la semana pasada publicó un mensaje en sus redes sociales en el que considera viable la posibilidad de que el PVEM ya no compita en alianza con el oficialismo y contienda con sus propios candidatos en los comicios intermedios.

“En la mayoría de las entidades, el partido podría contender de manera independiente, dependiendo de plataformas, proyectos de gobierno y la parte personal. El partido tiene los cuadros para ir en solitario (en 2027)”, dijo el coordinador nacional del partido el viernes pasado durante un evento en Tamaulipas, en el que también destapó a la actual senadora tamaulipeca, Maki Ortíz, como la candidata pevemista a gobernar ese estado.

La propuesta de Escobar fue rápidamente respaldada por el senador Verde, Luis Armando Melgar, quien le dio la razón al coordinador de su partido y fue mucho más allá al acusar que hay “ratas” en Morena por lo que su partido debe romper con los guindas. “Nunca debemos olvidar que han habido ratas de morena como Rutilio Escandón, hoy escondido en Miami; Pepe Cruz (senador chiapaneco por Morena) y el grupo Tabasco con todos sus secuaces, quienes cínicamente saquearon y violentaron, con total impunidad, la tranquilidad y prosperidad de nuestro pueblo noble y bueno”, dijo sin tapujos el senador Melgar.

Pero no todos en el PVEM están en la línea del rompimiento definitivo con Morena. El senador Manuel Velasco, coordinador de la bancada verde en el Senado, subió ayer un mensaje en sus redes sociales con el que parece deslindarse de la corriente rupturista que crece dentro de su partido. “Las Senadoras y los senadores del Partido Verde acompañamos desde su campaña a la primera mujer Presidenta de México y seguiremos caminando a su lado durante su gobierno apoyando con toda firmeza su proyecto de Nación para que siga dando resultados en beneficio de los mexicanos”, publicó el también exgobernador chiapaneco.

Está claro que los verdes se están dividiendo en torno a la idea de romper o continuar siendo un partido satélite de Morena, lo que hasta ahora les ha redituado mucho políticamente, porque han logrado un crecimiento importante en su votación nacional, como el que no tenían en la época en que fueron aliados también del PRI y luego del PAN. Hoy el PVEM es la cuarta fuerza política a nivel nacional y está en posibilidades de disputar el tercer lugar, pero antes tendrá que definir si, por una vez en su historia, el redituable negocio político y económico que ha resultado ser el autonombrado “partido ecologista”, se decide a ser una fuerza política autónoma e independiente, o si sigue apostando --como lo ha hecho desde su origen, cuando Jorge González Torres recibió todo el apoyo del gobierno de Carlos Salinas de Gortari para crear un nuevo partido que orbitara en torno al PRI y al sistema-- a seguir siendo el eterno satélite de los partidos en el poder.

NOTAS INDISCRETAS… El escándalo de corrupción huachicolera, al que ya se refieren como el “Marina-gate” está resultando, además de indignante y revelador sobre lo que pasaba en el sexenio de López Obrador, altamente letal. Apenas han pasado unos días desde que se destapó la cloaca en la que dos sobrinos del exsecretario de Marina, los hermanos Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, el primero vicealmirante de la Semar ya detenido y el segundo prófugo de la justicia controlaban la importación ilegal de gasolinas a través de las aduanas del Puerto de Tampico en buques cargueros procedentes de Estados Unidos, y ya hay por lo menos dos personas muertas, cuyos decesos están directamente ligados a este escándalo de corrupción. El primer muerto fue el vicealmirante Fernando Rubén Guerrero Alcantar, quien fue asesinado en Colima en julio de 2024 después de que había denunciado la operación de la red de huachicol fiscal montada por los sobrinos del almirante Ojeda. El asesinato no ha sido esclarecido, pero se sabe que el marino Guerrero estaba hablando con altos mandos de la Secretaría de Marina, a los que les dio toda la información sobre la red de huachicol ilegal y también les comunicó su ubicación en el estado de Colima, donde lo asesinaron cuando se supone que sólo en la Semar conocían dónde estaba viviendo. El segundo muertito que deja el “Marina-Gate”, fue otro funcionario de las Aduanas, también marino, identificado como Abraham Jeremías Pérez Ramírez, capitán de Navío, y quien estaba acusado de recibir sobornos por dejar pasar los buques cargados de combustible en la Aduana de Tampico. El capitán se suicidó ayer por la mañana en su oficina, tras enterarse de que lo investigaban por recibir sobornos de 100 mil pesos por cada buque que dejaba pasar con el contrabando de gasolinas estadounidenses. La Semar publicó ayer en sus redes sociales que “la institución extiende su más sentido pésame y solidaridad a su familia, amigos y compañeros” y se refirió al suicidio del capitán de Navio como “sensible fallecimiento de uno de sus elementos”. A este paso, cuando todavía falta mucho por conocer sobre esta mafia huachicolera que operaba desde la Secretaría de Marina, habrá más muertos que detenidos. Y por cierto, ya detuvieron al vicealmirante Farías Laguna y a varios funcionarios aduaneros y de la Marina que operaban con él el contrabando de gasolinas desde Estados Unidos, pero falta saber cuándo detienen a los políticos que, desde las altas esferas del gobierno federal, los auspiciaron y protegieron durante todo el sexenio pasado. O en este caso, como en la mayoría, don Omar García Harfuch y el Fiscal Gertz Manero ¿solo van a reventar el hilo por lo más delgado?... Y hablando de Zacatecas, el gobernador David Monreal rindió ayer su Cuarto Informe de Gobierno con un mensaje en el que afirmó que su estado “está floreciendo donde antes hubo abandono”, al consolidarse como modelo nacional de pacificación y ejemplo de austeridad republicana. En el Centro de Convenciones de la ciudad de Zacatecas, el mandatario morenista destacó que en cuatro años su administración no contrató nueva deuda y ha pagado más de 8,350 millones de pesos de pasivos heredados, mientras que los ingresos propios crecieron 70%, alcanzando 4,300 millones de pesos. En seguridad, Monreal afirmó que se logró la reducción del 96% en homicidios dolosos entre 2021 y 2025, gracias a lo que llamó el “Modelo Zacatecas”, una estrategia de coordinación, fortalecimiento policial y reconstrucción del tejido social hoy replicada en otras entidades. “Pasamos de ser la nota roja nacional a ser motor de la pacificación de México”, afirmó el gobernador, quien también resaltó una disminución de 17%, en la pobreza en el estado y la inversión en infraestructura que, dijo, supera los 9 mil millones de pesos, con la rehabilitación de 2,500 kilómetros de carreteras, la modernización de escuelas y hospitales, y el nuevo C5 llamado “La Fortaleza”. Entre los asistentes al informe del gobernador David Monreal estuvo su hermano, el diputado y presidente de la Jucopo, Ricardo Monreal, en lo que pretendió ser un mensaje de unidad en el estado y en la familia. También estuvieron entre los asistentes varios de los aspirantes a la candidatura morenista a la gubernatura que se renueva en 2027. Y el gobernador, sobre su futura sucesión, sólo dijo que “el pueblo de Zacatecas aprueba la gestión de la Presidenta (Sheinbaum) y desea la continuidad de la transformación”, aunque en algún momento de su mensaje político también recordó aquello de que “es tiempo de mujeres”, mientras la senadora Verónica Díaz y la diputada Susana Barragán aplaudían y se arremolinaban en sus butacas color vino… Se baten los dados. Repitió la Serpiente.

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