Intentar conocer y comprender a Trump siempre es un reto. Sin embargo, tras más de ocho años, contamos con múltiples antecedentes para quien haya querido observarlos o decida revisitarlos. Suzanne Nossel plantea en Foreign Policy que Trump está aprendiendo geopolítica en tiempo real. Para muestra, basta escuchar sus declaraciones en Naciones Unidas o explorar los resultados de sus tácticas en distintos ámbitos: desde la guerra comercial hasta las negociaciones de inversión y tecnología, o sus gestiones de paz. Una revisión de esos temas revela que, en algunos casos, hay ciertos éxitos, pero en muchos otros Trump se ha topado con la pared de una realidad que lo rebasa. La gran pregunta es si esto significa que en verdad no ha calculado correctamente y, por tanto, sigue en proceso de aprender en tiempo real; o si, más bien, en su mundo —marcado más por percepciones y por la proyección de eficacia que por resultados materiales— lo relevante no es calcular racionalmente las repercusiones de sus tácticas, sino evaluar el efecto comunicativo que producen y el impacto que logran en la conducta de sus contrapartes. Quizá, al final, lo que tenemos es una compleja mezcla de todo lo anterior. Veamos.
1. Vale la pena recordar que gran parte de lo que hoy se puede observar en Trump ya había sido planteado por él mismo en su gestión previa. Algunos ejemplos: el abandono del Tratado Transpacífico y del acuerdo climático de París, la salida de EU del acuerdo nuclear con Irán o la amenaza de retirarse del TLCAN si sus contrapartes no aceptaban renegociar en términos más favorables a su visión; la amenaza —y luego el cumplimiento— de atacar Siria si Assad usaba armamento químico; las amenazas —y su ejecución— de “bombardear a ISIS hasta el infierno”; el asesinato de Soleimani, el segundo hombre más poderoso de Irán; y el inicio de la guerra comercial contra China, entre muchas otras acciones. A ello se suma lo que Trump quiso hacer, pero fue contenido por su propio gabinete: desde la designación de los cárteles como organizaciones terroristas, incluido el envío de misiles a laboratorios de droga, hasta la intervención militar en Venezuela para capturar a Maduro.
2. En fin, una revisión de sus amenazas, objetivos y medidas aplicadas entre 2017 y 2021 muestra que Trump concibe el poder estadounidense como una eficaz herramienta de presión para avanzar los intereses de su país. Pero, sobre todo, lo ve como un instrumento de comunicación: un medio para proyectar determinación, persuadir a audiencias internas y externas sobre su disposición a usar la fuerza, y empujar a sus contrapartes a negociar con él o, al menos, a modificar su conducta bajo esa presión.
3. Esa misma revisión, sin embargo, deja claro que no todo generó los resultados materiales que sus acciones parecían anticipar, o que una lectura clásica —como si se tratara de un político tradicional— podría clasificar como éxitos o fracasos. Algunos ejemplos:
a. A pesar de las amenazas de Trump, su proceso de negociaciones con Kim Jong-un terminó por colapsar. Pyongyang continuó con su programa nuclear y de misiles, y no perdió oportunidad para exhibirlo ante Washington y el mundo. Hoy, además, Kim está más cerca que nunca de Rusia, con la que ya firmó un pacto de defensa y colaboración.
b. Con Irán ocurrió algo similar. Trump aseguraba haber puesto a los ayatolás “de rodillas”, pero el régimen endureció su postura, comenzó a incumplir de manera paulatina los compromisos del acuerdo nuclear y fortaleció a todos sus aliados regionales a niveles inéditos, tendencia que se mantuvo incluso durante el período de Biden.
c. La guerra comercial y tecnológica con China tampoco cedió. Es cierto que se alcanzó un acuerdo de “fase 1”, pero este fue incumplido, nunca se negoció la siguiente etapa y la rivalidad con esa superpotencia siguió escalando hasta un punto en el que difícilmente Trump podía presumir un verdadero impacto en sus cálculos.
d. Pese a los bombardeos contra ISIS y otras agrupaciones, el terrorismo —que Trump decía que iba a “eliminar de la faz de la Tierra”— continuó durante su gestión y continúa siendo una amenaza brutal. Varias células y grupos afiliados, ya sea a ISIS o a Al Qaeda, representan hoy algunos de los mayores riesgos en años.
e. Tampoco logró Trump incidir eficazmente en la conducta de Putin ni negociar con él los asuntos más relevantes, Ucrania incluida. Aunque aseguraba que pondría todo sobre la mesa con Moscú y que, gracias a su buena relación con Putin, lograría mayor disposición para resolver los temas en disputa entre Rusia y Occidente, la realidad es que más allá de algunas cumbres, esos asuntos permanecieron prácticamente igual.
4. Hay muchos más ejemplos, pero el punto central es que, en su propio mundo, Trump no se percibía como ineficaz. En cada uno de esos asuntos, Trump logró llevar la conversación y las percepciones hacia donde él quería. Desde su visión, fueron sus amenazas a Kim Jong-un con “fuego y furia” las que llevaron al líder norcoreano a sentarse a negociar con Estados Unidos. También gracias a él, Teherán se sintió acorralada y dispuesta a doblegarse. Lo que ocurrió después, afirma, fue producto de los errores de Biden: los “millones” que entregó a Irán y que, según Trump, terminaron en manos de Hamás y facilitaron los ataques del 7 de octubre de 2023 que detonaron la guerra en Medio Oriente. En su narrativa, China ya había cedido, pero la debilidad de Biden favoreció una postura más dura en Beijing. Esa misma debilidad e incapacidad negociadora, sostiene, fue lo que abrió la puerta a la invasión rusa a Ucrania en 2022. “Si yo hubiese sido el presidente”, repite Trump, “nada de esto habría ocurrido”. En su relato, él dejó preparada la mesa para una salida digna de Afganistán, pero Biden fue quien la arruinó, al igual que toda la guerra contra el terrorismo.
5. Según esa misma narrativa, Trump ha regresado para reparar lo que fue estropeado en su ausencia y devolver a Estados Unidos la dignidad y el respeto perdidos. Sus medidas han obligado a decenas de países a renegociar los términos de su relación con Washington. Sus acciones de fuerza y determinación habrían doblegado a muchos, y sus “buenos oficios” —en su versión de los hechos— habrían logrado “resolver siete guerras”, en contraste con la ineficacia de instituciones multilaterales como la ONU.
6. Por consiguiente, es difícil saber si, por ejemplo, Trump falló al calcular la respuesta china frente a su guerra comercial, la negativa rusa a efectuar concesiones mínimas —como, por ejemplo, un cese al fuego de 30 días— o bien, si fue el excesivo empoderamiento de Netanyahu lo que terminó por obstaculizar los ceses al fuego. Lo cierto es que, hasta el momento de este escrito, esos ejemplos son la base de gran parte de los análisis que concluyen que Trump se ha topado con la realidad geopolítica global, una realidad con la que no contaba.
7. Pero quizá, una revisión detallada de los múltiples asuntos en los que Trump sí estuvo directamente involucrado muestra que no necesariamente le falta experiencia, ni tampoco advertencias. Hay numerosos reportes que anticipaban cómo podían reaccionar actores como Putin, Xi Jinping y muchos más.
8. En cambio, quizá sea posible afirmar que lo que ha sucedido —y sigue sucediendo— tiene mucho más que ver con la historia que Trump cuenta sobre su rol en su país y en el mundo, tal como se reflejó en su discurso ante la Asamblea General de la ONU esta semana y en sus declaraciones posteriores. Desde un diagnóstico pesimista, él no ha sido quien ha provocado el desastre que percibe. Así, si los asuntos de Ucrania, Gaza o China no se desarrollan como él hubiera deseado, la culpa no recae sobre él, sino sobre otros políticos y actores que le antecedieron y provocaron situaciones muy difíciles de resolver. De hecho, Trump sostiene que ya ha podido solucionar muchas de esas cuestiones y que seguirá intentando resolver las restantes en la medida de lo posible. En esta narrativa, en otras palabras, él se presenta como facilitador, negociador, hacedor de paz y de acuerdos, mientras que los posibles fracasos u obstáculos no le son atribuidos.
En otras palabras: ¿Quién está aprendiendo qué en tiempo real? ¿Trump sobre geopolítica, o todos los demás sobre Trump?
Instagram: @mauriciomesch
TW: @maurimm
Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL HIDALGO ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.