A finales de junio corrió la noticia de que fiscales de una corte federal estadounidense habían obtenido nuevos audios sobre el interrogatorio y la tortura del agente de DEA Enrique Camarena, asesinado en Guadalajara en 1985 y cuyos restos fueron encontrados sin dientes y con las costillas rotas, en señal del brutal martirio al que fue sometido.

De acuerdo con los fiscales, se trata de un conjunto de “pruebas sensibles”, integradas por más de 30 audios del interrogatorio a Camarena, que la abogada del narcotraficante Rafael Caro Quintero ha solicitado que no se hagan públicas, “por lo delicado del caso”.

A partir del testimonio de tres exjudiciales que fueron escoltas de Caro Quintero y de su socio, Enrique Fonseca Carrillo, y que luego se convirtieron en testigos protegidos –René López, Ramón Lira y Jorge Godoy–, la DEA sostiene desde hace varios años que la identidad del agente encubierto fue entregada a los narcotraficantes por el secretario de Gobernación de Miguel de la Madrid, Manuel Bartlett.

A dichas declaraciones se sumó el testimonio de un testigo más, Héctor Cervantes, que involucró en los hechos al jefe de la Interpol, Manuel Aldana. El jefe de la Operación Leyenda, destinada a hallar a los responsables del asesinato de Camarena, Héctor Berellez, llegó a la conclusión de que Bartlett estuvo presente en la reunión donde se decidió el secuestro de Camarena –“los tres policías lo vieron”–. Según uno de los testigos, el funcionario “estaba molesto con un agente de la DEA que estaba merodeando”.

Por una de esas inocentes casualidades que suelen ocurrir desde que la 4T está en el poder, dos días después del anuncio de la existencia de los nuevos audios, mediante los cuales los fiscales pretenden obtener una sentencia de muerte en contra de Rafael Caro Quintero, al exsecretario de Gobernación de De la Madrid, y director de la Comisión Federal de Seguridad bajo el sexenio de AMLO, se le ocurrió aparecerse en Palacio Nacional, en un día en el que la presidenta Claudia Sheinbaum estaba de gira en un municipio mexiquense: Nezahualcóyotl.

Dos más dos son cuatro, a excepción de que gobierne la 4T: aunque fuentes de Presidencia afirman que la visita de Bartlett no fue casual y estuvo absolutamente relacionada con la noticia de los audios recuperados por la fiscalía –serán presentados el próximo 18 de septiembre en una audiencia en la que el juez determinará si se hacen públicos o no–, la presidenta Sheinbaum sostuvo en la “mañanera” que Bartlett solo había ido a Palacio a visitar a un excolaborador “que fue su jurídico en la CFE” y que hoy trabaja en el recinto.

La visita “social” de Manuel Bartlett tuvo una duración de dos horas y se llevó a cabo, en efecto, en la Consejería Jurídica.

De acuerdo con fuentes consultadas, no hay manera de que el nombre del exfuncionario no aparezca entre las pruebas presentadas por la fiscal Saritha Komatireddy: en la DEA, el nombre de Manuel Bartlett está vinculado al caso desde hace 40 años.

“Cuarenta largos años han pasado desde entonces pero finalmente te hemos alcanzado. La DEA no olvida. La justicia nunca olvida. Ha llegado el momento de enfrentar todos los cargos”, le dijo la fiscal Komatirredy a Caro Quintero, cuando el narcotraficante entró al fin al salón de ceremonias de la Corte de Brooklyn donde lo aguardaba un centenar de agentes de la DEA y el FBI, quienes presenciaron su primera audiencia y, en un acto simbólico, no le quitaron ni por un segundo los ojos de encima.

Apenas en 2021, citando fuentes del Departamento de Justicia de Estados Unidos, la revista Proceso informó que Bartlett sería detenido si viajara a los Estados Unidos, para ser interrogado sobre el caso Camarena. El entonces presidente López Obrador, su defensor a capa y espada desde que el funcionario se incorporó a la 4T, la volvió a defender: dijo que “independientemente de la responsabilidad o no que pueda tener el licenciado Bartlett, lo que es evidente, público y notorio, es que se trata de campañas de descrédito… porque el licenciado Bartlett ahora es el encargado de la industria eléctrica y está enfrentando grupos de intereses creados… Es parte de la campaña de desinformación, de ataques por el proceso de transformación.

Desde que a principios del sexenio pasado se descubrió su imperio inmobiliario, y se le involucró, a él y a su familia, en hechos de corrupción, conflicto de intereses y tráfico de influencias, Bartlett contó con una protección y un blindaje que pueden estallar en pedazos a mediados de septiembre: una fecha que la DEA espera desde hace 40 años.

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