En una mañanera de hace tres años —julio de 2022— se presumió la celeridad con la que la fiscalía general de justicia de Chiapas había logrado detener y vincular a proceso a los asesinos del empresario de origen italiano Raphael Alessandro Tunesi.

Tunesi, dueño de uno de los hoteles más exclusivos de Palenque, el Hotel Boutique Quinta Chanabnal, había sido asesinado dentro de su auto, de dos tiros en la cabeza y uno en el tórax, cuando iba a recoger a una de sus hijas al colegio. Los agresores se habían aproximado en una motocicleta. Fue el acompañante del piloto quien llevó a cabo el homicidio.

La investigación de las autoridades se centró primero en el cobro de piso. Seis días más tarde, sin embargo, Elizabeth “G”, la esposa del empresario, fue aprehendida dentro de las instalaciones del hotel, y señalada como autora intelectual.

Los dos autores materiales fueron detenidos en Tuxtla Gutiérrez, en posesión de una 9 mm. y de dos teléfonos celulares, a través de los cuales se determinó la conexión con la esposa del empresario: el hombre que conducía la moto, Gerardo Antonio Guizar Argüello, tenía una relación extramarital con Elizabeth “G”. El otro sujeto, Luis Martín Marquina, había recibido un pago por llevar a cabo el homicidio.

La investigación era tan sólida que el caso tardó solo seis días en ser resuelto. Una de las hijas del matrimonio, menor de edad, había encontrado dos días antes del crimen el teléfono con el que su madre se comunicaba con Guizar.

La pareja había decidido divorciarse. Tunesi iba a hacer cambios en su testamento cuando fue asesinado. Los teléfonos mostraban la intensa comunicación que Elizabeth “G” y Gerardo Antonio habían tenido en los días anteriores al crimen.

Guizar y Luis Martín Marquina fueron recluidos en el centro estatal de reinserción social de sentenciados número 17, conocido como El Bambú. Elizabeth “G”, en el Cereso No. 5 de San Cristóbal.

Durante el proceso, Elizabeth intentó que una de sus hijas declarara que su esposo la golpeaba. Cuando ella se negó, recibió una amenaza desde El Bambú: quemarían el hotel y una de las hijas sería asesinada.

A la hija que descubrió el teléfono con las conversaciones entre su madre y Guizar le quitaron el celular y la alejaron de las redes sociales con la prohibición de hablar del caso. Familiares y amigos cercanos dicen que la vida de la adolescente se destrozó.

El día del homicidio, el Consejo Coordinador Empresarial de Chiapas se conmocionó. Tunesi, gran conocedor y difusor de la cultura maya, era estimado y respetado en el estado. Algunos sabían que pensaba irse a radicar a Cancún o regresar a Italia.

Sus últimos días fueron tristes. Transcurrieron entre pleitos y gritos, con los continuos estallidos de carácter de su esposa.

Tres años después de aquel día que sacudió a Palenque, tres años después del día en que la celeridad con que se resolvió el caso fue presumida en la “mañanera” de López Obrador, los mismos que se habían conmocionado con el homicidio de Tunesi volvieron a conmocionarse con el súbito regreso al Hotel Boutique Quinta Chanabnal de la mujer que había sido presentada en los medios nacionales como autora intelectual del asesinato del empresario italiano.

Elizabeth “G” había contratado los servicios del exfiscal Walter Culebro González. Una de sus hijas sostiene que la mujer entregó en el juzgado de control y el tribunal de enjuiciamiento región 3 Catazajá una mordida de 800 mil pesos para obtener que se le cambiara la medida cautelar a prisión domiciliaria.

No solo eso: al amparo de la corrupción judicial “sale a la calle sin brazalete y sin custodia”, según testigos del medio empresarial.

La justicia expedita que se presumió en la “mañanera”, dicen en Palenque, duró solo tres años. Elizabeth “G” vuelve a estar control de sus posesiones, y de una familia que mira su regreso con terror.

¿Qué hay en el fondo de esta historia?

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