Las imágenes de la detención de Julio César Chávez Jr., literalmente, me robaron el sueño. Ver al excampeón mundial tan indefenso y sorprendido al ser arrestado me hace pensar que no tenía ni idea de lo que venía. Según los reportes, al momento de su arresto se encontraba patinando afuera de su casa en Studio City, California.
Conozco a Julio desde hace muchos años. He cubierto su carrera desde los inicios, pero más allá de entrevistas y coberturas, he compartido charlas personales con él. De Chávez Carrasco puedo decir que es una de las personas más nobles y amables que he conocido en el boxeo. Es desprendido, leal y, aunque suene contradictorio para alguien que ha vivido tanto, también ingenuo. Incluso me atrevo a decir que Julio es demasiado bueno para el mundo del boxeo.
Obviamente, no me corresponde determinar si es culpable o no de los cargos que se le imputan. Eso le toca a la justicia. Pero sí puedo hablar de su personalidad.
Recuerdo algunas conversaciones, donde me confesaba el infierno que vivió al lado de su padre durante los años más oscuros del gran campeón mexicano. Aquellos golpes emocionales marcaron profundamente al entonces joven.
Julio Jr. es un hombre cercano a los 40 años. Es completamente responsable de sus actos y decisiones. La opinión pública debe ser paciente y respetuosa. El proceso apenas comienza. Emitir un juicio apresurado sería irresponsable.
La Presidenta de México, en su acostumbrada aparición en “La Mañanera”, mencionó que desconocía la existencia de una orden de aprehensión en contra de Julio César Chávez Jr. La mandataria aseguró que, al igual que todos nosotros, ella se enteró a través de las redes sociales y de la publicación realizada en el sitio del Department of Homeland Security (DHS). Tras conocer la noticia, contactó a la Fiscalía General de la República para confirmar si efectivamente existía una orden de aprehensión pendiente contra Chávez Carrasco, misma que fue corroborada por funcionarios de la FGR.
Pero si la orden fue emitida en 2023 y las investigaciones datan de 2019, ¿por qué no se actuó antes? Son muchas las incógnitas.
La familia Chávez ha pedido respeto, privacidad y un juicio justo. Yo me uno a ese llamado. Pido mesura. No condenemos a Julio antes del juicio, pero si resulta culpable, que enfrente las consecuencias.
Volvamos a la pregunta inicial: ¿Es Chávez Jr. un criminal?
Si me guiara por el Julio que conozco, diría que no. Pero yo no soy juez ni parte. Sólo nos queda esperar… y desearle lo mejor.
Casos como el de Julio César Chávez Jr. abren una ventana a una conversación urgente: la salud mental de los atletas. En el boxeo, como en muchos deportes, se normaliza el dolor físico, pero se minimiza el emocional. Julio no sólo cargó con el peso de ser hijo de una leyenda; también enfrentó sus propias adicciones. Si bien él es responsable de sus actos, también es víctima de un entorno que históricamente ha ignorado el bienestar psicológico de sus protagonistas.
@ErnestoAmador