Acertada fue la decisión de la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum de asistir a la cumbre de mandatarios G20 realizada en Brasil donde se mostró a los ojos del mundo como una gobernante preocupada por el medio ambiente, la economía y la paz.
A diferencia de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador que durante su sexenio se abstuvo de asistir a reuniones de presidentes en el mundo, Claudia Sheinbaum mostró su preparación para destacar en los temas abordados durante la cumbre.
En primer lugar, la presidenta de México (ya sin avión presidencial) voló hasta Brasil a bordo de aviones comerciales, con lo que dio una lección a los demás mandatarios de lo que es el ahorro de dinero y lo más importante, la protección al medio ambiente.
Claudia quien viajó en clase turista en un línea aérea panameña COPA por ser puntual y económica, estuvo acompañada de su comitiva integrada por Juan Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores; la secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar; la subsecretaria de Relaciones Exteriores, María Teresa Mercado Pérez y la coordinadora de Comunicación, Paulina Silva, en total cinco personas.
Se calcula que el gasto por hacer un viaje comercial y en clase turista para las cinco personas no rebasó los 150 mil pesos según el tarifario de la línea aérea panameña.
Una vez en Río de Janeiro, la presidenta de México dio cátedra durante sus intervenciones en la cumbre, y no es nada nuevo que Claudia Sheinbaum como científica, es la más preparada en temas ambientales y energéticos.
Apenas unos días antes de llegar al G20, se dio la noticia de que la revista Time, incluyó en su más reciente edición a la presidenta Sheinbaum en su lista de líderes ambientales más influyentes del mundo.
“Pocos líderes mundiales pueden afirmar que saben tanto sobre la ciencia climática como la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, una ex académica que contribuyó a la redacción de dos importantes informes para el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas”, señaló el artículo.
Ayer, en su intervención la presidenta de México, propuso recortar el uno por ciento del gasto militar para destinar ese dinero al programa de reforestación más grande de la historia y lo sintetizó en una frase “La propuesta es dejar de sembrar guerras, sembremos paz y sembremos vida”.
Esa propuesta significaría liberar unos 24 mil millones de dólares al año para apoyar a 6 millones de sembradores de árboles que reforestarían 15 millones de hectáreas.
Un tema más que abordó es la preocupación mundial sobre el aumento de la producción de armas en el mundo mientras los niveles de pobreza crecen.
Como se ve, la política internacional de México se ve fuerte, sobre todo con el pronto arribo de un nuevo gobierno republicano de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump.