A mediados de julio del 2023, el diputado federal con licencia, por el distrito con cabecera en Tepeapulco, que llegó a la curul por la vía de Nueva Alianza, Navor Rojas Mancera, posteó un reel en la red social Facebook.
En el video corto, el diputado, que hoy ocupa un escaño sin haber sido votado en las urnas para ese cargo, habla de sus orígenes chilangos y hace una narrativa en relación al tradicional paste pachuqueño.
Ataviado con una guayabera blanca y una pechera de cocina color café, con su nombre impreso al frente, Rojas Mancera, platicaba de sus gustos mientras preparaba unas seis tortillas de harina, a las que paulatinamente les ponía un relleno, para luego hornearlas, hasta convertirlas en el tradicional paste minero.
Pienso que el propósito de ese mensaje, no era otro que pretender “humanizar” a un personaje que, mediante las redes sociales, intentaba mejorar su posicionamiento para alcanzar sus pretensiones políticas, que meses más tarde jamás llegaron.
El reel, no sirvió para el propósito esperado; peor aún, que Alejandro Sierra, alcalde de Real del Monte, involucrado en la llamada “estafa siniestra”, denunciado por la presunta malversación de millones de pesos, invitara al senador en funciones a promover el día del Pastero Tradicional, que se celebra al iniciar agosto.
Este dato, ilustra lo que puede ser la ineficacia en el uso de las redes sociales, cuando la mercadotecnia digital se sustenta en frivolidades.
Algo similar ocurre con las encuestas de preferencias electorales, instrumentos de campaña hundidas en el desprestigio.
En distintos momentos, empresarios de telecomunicaciones, agrupados en la Cámara de Radio y Televisión, hicieron “severos” extrañamientos a INRA, una empresa que, desde hace más de setenta años, se dedica a investigar las preferencias de radioescuchas y televidentes.
Para los concesionarios, resultaba extraño que, en un mes determinado, las encuestas presentaran como líder de audiencias a la estación de radio que, mediante un pago, mandaba a hacer los sondeos, mientras que, para el mes siguiente, la emisora de la competencia, según los mismos estudios, aparecía en el primer lugar en las preferencias, mientras bajaba el “rating” al resto de las estaciones.
Así, la fórmula aplicada de “el que paga manda”, hundió la credibilidad en las encuestas, similar a lo que ha sucedido desde siempre en MORENA, donde el método estatutario de selección de candidaturas por ese mecanismo, es el equivalente a “la carabina de Ambrosio”, es decir, sirven para lo mismo.
Por esas esas presuntas encuestas, es que hay una serie de impugnaciones en los tribunales electorales, al considerar como desaseado el proceso de selección interna en el partido guinda.
Y afirmar que “el pueblo pone y el pueblo quita” resulta por demás inverosímil.
Porque al doctor Otoniel Miranda, exgobernador de Hidalgo, jamás lo depuso el pueblo en el ya lejano 1975; a Otoniel Miranda, lo quitó el entonces presidente Luis Echeverría, que además “tiró” los poderes del estado.
Algo así como en el estado de Guerrero, donde habitantes de Acapulco, Taxco y Chilpancingo, exigen dada la violencia e inseguridad, la salida de Evelyn Salgado como “gobernadora”, pero la federación le da su absoluto apoyo; así las cosas, ni el pueblo ni pone ni el pueblo quita.
Tan sólo unos ejemplos de nuestra famélica y demagógica democracia, agnotología pura, igualito que en los años gloriosos del priismo.
SE LO PONGO POR ESCRITO
Un discurso trillado, donde la adulación rebasó a la propuesta, fue el que pronunció el domingo la candidata de Morena a diputada local por el distrito 12 de Pachuca; sin el “cliché” impuesto, Tania puede dar más, lo sé.
