Hasta el sitio donde descansaba en sus vacaciones, un asistente personal le llevó el teléfono inalámbrico.

Guillermo Álvarez Cuevas, un acaudalado empresario hidalguense, oriundo de la región de Tula, vacacionaba en Cancún en abril del 94.

Sus días de esparcimiento, fueron esa vez interrumpidos como consecuencia de aquella llamada.

Aquel abril, Billy Álvarez vivió en “carne propia” lo que significaba alinearse al poder emanado del sistema; “A un presidente nunca se le dice que no”.

Al otro lado de la línea estaba Ernesto Zedillo, entonces designado candidato sucesor, tras el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, en aquella elección presidencial.

“Guillermo te necesito como diputado en el congreso, irás por Tula, en política tu carrera comienza y sin duda crecerás en Hidalgo”, soltó Ernesto Zedillo a su amigo y cooperativista de la Cruz Azul, que como empresario y no como político alcanzó a responderle.

“Ernesto, no puedo, te pido por favor lo entiendas, la cooperativa tiene el compromiso de reconstruir Kuwait, son miles de toneladas de cemento las que tenemos que enviar al Pérsico”, le dijo Billy al candidato.

“Los barcos están cargados en el puerto, son millones de dólares en juego y estoy al frente de la operación, te ofrezco una disculpa, pero no puedo ser diputado”; La llamada continuó.

Días después, hasta el vetusto edificio que fue sede del PRI, ubicado en el parque Hidalgo, llegaron decenas de autobuses provenientes de Jasso, donde obreros cooperativistas de la Cruz Azul, entre matracas, porras y cohetones, participaron del destape de Guillermo Álvarez Cuevas, como su candidato a diputado federal.

La ocasión que Billy Álvarez me reveló los antecedentes de aquella postulación, fue al término de una entrevista que le hice para la televisión local; apagados los reflectores, el empresario se sintió en confianza y por varios minutos conversó conmigo.

Una y otra vez me habló de sus compromisos empresariales y de como fue “convencido” para que aceptara la candidatura; a Billy Álvarez dinero no le hacía falta, poder lo tenía, pero Zedillo lo quería empoderar más en Hidalgo, en su mente estaba la gubernatura.

Reconstruir Kuwait tras la “Tormenta del Desierto”, operativo que puso fin a la Guerra del Pérsico en el 91, implicó exportar desde Hidalgo miles de toneladas de cemento fabricado en la Ciudad Cooperativa Cruz Azul, dividendos que fortalecieron a Jasso como una localidad modelo.

Ingresar a Ciudad Cooperativa, significaba aislarse de la contaminación ambiental y social dominante en diferentes localidades de la región de Tula; 30 años después su realidad es otra.

Pero como la vida es una “rueda de la fortuna” en la que a veces se está arriba y muchas veces abajo, para el empresario del cemento los días cambiaron.

Ayer, en Aguascalientes, Guillermo Álvarez, fue vinculado a un segundo proceso judicial; a sus casi 80 años se le acusa de administración fraudulenta y lavado de dinero entre otros delitos.

La Ciudad Cooperativa Cruz Azul, que fue un modelo de potencia mundial en la industria del cemento, hoy está en “terapia intensiva”, alguien la debe rescatar.

SE LO PONGO POR ESCRITO

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