El mapa económico de Hidalgo, identifica claramente las vocaciones regionales que deben ser impulsadas, para propiciar el crecimiento de las mismas con un enfoque regional y global.

Por ejemplo, la zona Huasteca es agrícola y ganadera, el Valle del Mezquital es agrícola, y tiene además minería no metálica, amén del potencial para el Turismo, la región de Tulancingo es textilera, mientras que el Altiplano es destino industrial, por citar algunos ejemplos.

En ese contexto, resulta importante el anuncio hecho por la presidenta de México, la doctora Claudia Sheinbaum, respecto al denominado Plan México, columna vertebral para impulsar el desarrollo económico del país.

Y es que analizadas las vocaciones del valle de Tizayuca y de la región Tula-Tepeji, se determinó crear para esas regiones dos polos de desarrollo, que permitan atraer capitales nacionales y extranjeros.

Se trata de la creación de dos clústeres económicos, es decir, unidades de producción industrial que, en trabajo conjunto y sistematizado, permitan potenciar la productividad en ambas regiones hidalguenses.

En la “sociedad del conocimiento” que hoy domina globalmente, estos proyectos de desarrollo deben tomar en cuenta a las nuevas generaciones de universitarios, que desde las instituciones politécnicas o tecnológicas adquirieron los conocimientos y las habilidades para insertarse en los campos productivos.

Por ejemplo, la industria aeroespacial, así como de electromovilidad, tienen en la zona de Zapotlán apoyo en la Universidad Politécnica Metropolitana de Hidalgo, que imparte ingenierías como Logística, Aeroespacial, o la licenciatura en Comercio Internacional y Aduanas, que vinculadas a las zonas industriales de Tizayuca y Villa de Tezontepec, dan forma a un círculo económico virtuoso.

El potencial de la zona, aumenta con su cercanía al aeropuerto Felipe Ángeles, donde las actividades de carga requieren de conocimiento logístico, además del tren que vendrá de la Ciudad de México, cruzará Tizayuca y llegará a Pachuca y Mineral de la Reforma.

Este acoplamiento entre universitarios, comunicaciones, parques industriales, e inversionistas locales y extranjeros, hicieron atractiva la región para tener un polo de desarrollo que implicará la llegada de recursos privados y públicos que impulsen la productividad y generen empleos.

La agroindustria y la economía circular, por ejemplo, tienen en la región de Tula un potencial importante, dadas las operaciones de la termoeléctrica, la refinería y una serie industrias químicas, que se apoyan en el recurso humano egresado de la Universidad Tecnológica Tula-Tepeji; los entornos son similares a los de Zapotlán.

Y no, no es un tema árido, pues, por el contrario, en estrategias como estas, es que las economías emergentes lograron afianzarse localmente, para poder mirar hacia el mundo.

Ahí están “pequeñas” naciones como Vietnam, Corea del Sur y Hong Kong, que dieron el gran salto en los recientes cuarenta años, vía la innovación, la tecnología y la confianza en que si se puede.

SE LO PONGO POR ESCRITO

En una sociedad que se diga democrática, no deben caber ni los “reinos”, ni las “graciosas majestades”; urgente pues terminar con los imperios en los sindicatos, por la salud de las bases.

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