—¡Pobre Pío! ¡Su honra, su dignidad! —gimen desconsolados los propagandistas del gobierno.
La semana pasada, por unanimidad, el INE determinó enterrar el expediente de Pío López Obrador, hermano del expresidente de México.
Sucesión de hechos:
A Pío se le investigaba por usar dinero ilegal en una campaña política. En 2021, un servidor reveló en Latinus los videos de Pío López Obrador recibiendo clandestinamente sobres amarillos con dinero en efectivo. Pío decía que eran 400 mil pesos. Pío decía que eran entregas mensuales. Pío decía que llevaba año y medio recibiéndolas. Hago cuentas: son más de 7 millones de pesos. Pío decía que el dinero era para su hermano Andrés Manuel. El video lo grabó David León (aparece acomodando la cámara). En el momento en que el video fue grabado (año 2015), David León era operador político del gobierno de Chiapas, encabezado por Manuel Velasco, un aliado del movimiento político de López Obrador. David León en otros videos en los que aparece con el mismo modus operandi —dando cash clandestinamente a otros personajes de la política— dice que el dinero es de Manuel Velasco (anoche en Latinus revelamos un nuevo video que no deja espacio a la duda: “te manda estos 300 mil pesos mi tío, el gober”, dice León a un candidato de Morena). En la conversación con Pío registrada en video, David León se cerciora de que el dinero llegue a Andrés Manuel y sepa quién se lo manda: “lo sabe perfectamente bien”, le responde Pío. Cuando se revelaron los videos, el entonces presidente López Obrador declaró en conferencia de prensa que ese dinero no era corrupción sino “aportaciones para fortalecer al movimiento”. David León se convirtió en integrante del gabinete ampliado del presidente Andrés Manuel López Obrador. El Partido Verde, del que es alto mando Manuel Velasco, se sumó a la coalición que impulsó la campaña presidencial de López Obrador. Velasco se volvió coordinador del Partido Verde en el Senado.
Frente a estos hechos, parecería casi una obviedad determinar que hubo una ilegalidad: la transferencia de recursos está grabada en video, quien recibía los recursos confesó públicamente que fueron aportaciones y estas aportaciones nunca se reportaron ante la autoridad fiscalizadora.
Pero el INE desechó el expediente por unanimidad. Esa unanimidad es engañosa. Los propagandistas del régimen están tratando de posicionar la idea de que todos los consejeros del INE —incluso los independientes— consideraron que no había pruebas ni materia. ¡Pobre Pío!, chillotean. Pero no. Si uno escucha los posicionamientos de consejeros como Jaime Rivera o Dania Ravel, queda claro que ellos consideran que los videos eran claros, que la declaración de López Obrador es autoinculpatoria, pero existió una operación de Estado para secar el expediente y dejarlo en sus huesos: por un lado, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México nunca atendió sus solicitudes de información y actuación, y por el otro la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales de la FGR determinó no ejercer acción penal porque no hay rastro bancario, registros contables o comprobación fiscal del dinero entregado. ¡Era un soborno! ¡Era un acto de corrupción! ¡Pío no le iba a dar factura!
Hubo otras chicanadas: el INE tardó cinco años en buscar a López Obrador para que hablara de este caso. Los videos se revelaron en el verano de 2020 y fueron a buscarlo en abril de 2025… a su casa de Tlalpan… como si no supiéramos todos que vive en Palenque. Obviamente no lo encontraron.
En este procedimiento, el abogado de Pío López Obrador fue Salvador Nava Gomar, exmagistrado del Tribunal Electoral de la Federación, quien también fue abogado de Claudia Sheinbaum durante la campaña de 2024.
Ahí queda, para el registro del estado de la libertad de expresión en México, que por este escándalo de corrupción y financiamiento ilegal de una campaña, una sola persona fue llevada al banquillo de los acusados: el periodista que reveló los videos (yo). Pío demandó a Latinus y a un servidor. Quiere 600 millones de pesos para “limpiar su honra”. No debería preocuparse: para eso tiene a su hermano, a sus propagandistas, al INE, a la FGR, al Tribunal y hasta la presidenta Sheinbaum.
Ahí queda también, para el registro, que después de su toma de posesión, con la banda presidencial cruzándole el pecho, Sheinbaum se inclinó desde la tribuna para besar la mano del senador Manuel Velasco. La imagen se volvió viral. Así se estrenó como presidenta: besando la mano que le dio los billetes a Pío.
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