Un proyecto científico de gran envergadura mundial, pero en la imaginación de funcionarios que sin pies ni cabeza idearon el Sincrotrón en Hidalgo con valor inicial de dos mil millones de pesos tan solo para los estudios convencieron al Congreso del Estado, para una inversión final en su construcción de al menos diez mil millones de pesos en su primera etapa, una vez construido mantener una instalación de tal naturaleza requeriría un mantenimiento sexenal de nueve mil millones de pesos; todo el proyecto una vez culminado y operando por 21 mil millones de pesos.
Solo imaginar que 21 mil millones de pesos equivalen a los gastos de inversión del estado de 4 años, o sea un sincrotrón a cambio de toda la obra pública de cuatro años.
La Unidad de Planeación y Prospectiva como inversión pública directa autorizó la creación del Sincrotrón en 2019, cuyo Decreto de creación fue publicado en el Periódico Oficial en marzo 2019 para etiquetarle 500 millones de pesos que autorizó el Congreso Estatal de un proyecto inicial para los estudios de dos mil millones de pesos donde en la imaginación de los funcionarios y sin anuencia de la Federación, el Congreso Federal autorizaría una aportación de 1,500 millones de pesos, solo para estudios de viabilidad, que claro que el Congreso Federal nunca autorizaría.
Para gasto corriente en 2020 y 2021 se tenía un presupuesto autorizado por el Congreso Estatal a Sincrotrón por tres millones trescientos mil pesos que no fue ejercido ya que el Organismo hasta en eso se equivocó y no se instaló debidamente.
Bajo la coordinación del entonces Secretario de Planeación, dos mil millones serían para el pago inicial de un proyecto denominado: “Estudio de la viabilidad e Ingeniería básica para la construcción de un Sincrotrón Mexicano en Hidalgo”, mismo que tampoco se llevó a cabo.
El objetivo era establecer un centro de desarrollo científico, tecnológico y de innovación para el desarrollo de la investigación en México y América Latina manejado por el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados.
Después de dos intentos que no se concretaron para construir el primer laboratorio Sincrotrón mexicano en los estados de Morelos y Guanajuato, el gobierno de Hidalgo se alucino con hacerlo posible.
El sincrotrón fue un sueño guajiro, un laboratorio circular, dentro del cual hay un anillo de aproximadamente 500 metros de diámetro, el cual se puede generar una luz más intensa que la del sol y, a través de diferentes orificios conectados a laboratorios se pueden estudiar moléculas y materiales de interés para la salud, industria, medio ambiente, arqueología y además, muchas otras aplicaciones, “de tocho morocho”; la realidad es que el proyecto no está para un Estado tan pobre, para estos tiempos en donde las necesidades básicas de educación, salud, alimentación, seguridad e infraestructura del pueblo son más apremiantes.
Entre las 15 economías más grandes del planeta, México es el único país que no cuenta con un sincrotrón, a pesar de que este proyecto fue impulsado hace más de quince años por físicos mexicanos, y aún cuando en 2014 se concluyó y entregó un proyecto ejecutivo pagado con 5.5 millones de pesos por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, el gobierno de Morelos y la Universidad Nacional Autónoma de México, en Hidalgo su elaboración requería una cantidad millonaria que el Estado no podría costear, se trató “de una vacilada” de la administración pasada, pues nunca se llevó a cabo; es simple, el Sincrotrón no es un proyecto para Hidalgo, es un proyecto nacional.
Dicho proyecto demandó un sin fin de gastos locales de promoción y elevar el egocentrismo de sus promotores, al menos dos visitas al extranjero Washington y Suiza de una gran comitiva con cargo al presupuesto para conocer algunos de los 50 Sincrotones existentes en el mundo y poder justificar un proyecto que solo existió en la imaginación de un funcionario sin la mínima idea de lo que es la administración y el presupuesto de gasto público, ya que lo mismo pudo idear la creación de naves espaciales para ir a investigar al sol y poder justificar un puesto y sus gastos al extranjero.
El estado de Hidalgo usó el dinero público para los viajes de funcionarios y su estancia en el extranjero, en un proyecto que se dijo incluso fabricaría vacunas COVID, nanotecnología, inteligencia artificial, y muchos “proyectos científicos”, cada uno con una nueva inversión multimillonaria, sin la más mínima noción presupuestaria y conocimiento de la extrema pobreza Hidalguense de sus promotores, quienes sólo usaron el presupuesto para pasear por el mundo.
Si bien los recursos fueron aprobados y autorizados en el Congreso hidalguense en el Presupuesto de Egresos 2019 no hubo eco por el desarticulado proyecto en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 y no se recibió notificación alguna por parte de gobierno federal para la firma del iluso Convenio, por lo que con base en la Ley de Presupuesto y Contabilidad, el recurso fue redireccionado para el desarrollo de infraestructura pública básica y social en los municipios del Altiplano de Hidalgo.
La decisión de direccionarlo a inversión pública municipal fue con base a la precaria situación financiera y disminución progresiva y drástica que presentaba el ramo 23, instrumento de política presupuestaria que permite atender las obligaciones del Gobierno cuyas asignaciones de recursos no corresponden al gasto directo de las dependencias ni de las entidades, otorga provisiones económicas a fondos específicos a entidades federativas y municipios, pudiendo destinarse a gasto de infraestructura, en este sentido fue canalizado el recurso a regiones con más necesidad económica.
Por citar un ejemplo en la región de la Huasteca, en los municipios de Huazalingo, Tlahuiltepa, Xochiatipan y Yahualica los hogares en condiciones de pobreza extrema superan el 90%, lo mismo en las regiones Otomí y Mezquital forman parte de los lugares más pobres de la región, del estado y posiblemente del país.
Para Hidalgo la pobreza es un problema especialmente grave, situado dentro de los Estados con mayor índice en el país, requiere de acciones inmediatas para combatirla, políticas públicas y combate directo a la corrupción, generar condiciones equilibradas para grupos prioritarios, primero el pueblo no excluye a nadie, a ningún sector, se busca elevar el nivel de vida de sectores productivos, atender a los olvidados, a quienes reciben programas sociales; porque es fácil idear desde la comodidad de un despacho, proyectos sin sentido, sin rumbo y con intereses personales.
El sincrotrón pretendía ser una faraónica obra pública más de la anterior administración, que terminó en un fracaso presupuestal, sin buena planeación y sin concretarse las metas planteadas, solo un dispendio de recursos, tiempo y esfuerzos inútiles, muestra de la ineficacia en el gasto y la corrupción; “elefantes blancos” con deficiencias en su operación utilizados como plataformas políticas y para adquirir falsa popularidad.
Tropiezos y fracasos heredados, que hoy corrige y enmienda el gobierno de la cuarta transformación.