El Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), un gremio con más de cien años de historía, se encuentra en un momento clave para su democracia interna, como si estuviéramos en plena elección presidencial o en la designación de jueces y magistrados, la convocatoria que lanzó su Comisión Orientadora de Elecciones (COE) para el proceso 2025-2026 nos recuerda que incluso en las organizaciones colegiadas, donde la técnica y la ética imperan, la democracia y la transparencia son fundamentales para fortalecer la confianza entre los profesionales y, por supuesto, para blindar las instituciones contra tentaciones de intereses particulares.

Imaginen que en el organismo que aglutina a los contadores públicos federados del país, se juega algo más que un trámite burocrático, aquí se deciden quiénes tendrán las riendas de la Vicepresidencia General, de Legislación, del Sector Gubernamental y hasta de Fiscal, Apoyo a Federadas y otros cargos que, para los profanos, podrían parecer lejanos, pero que en realidad tienen un impacto directo en la defensa de los intereses de la profesión y, de rebote, en la vigilancia de las finanzas de todo México.

No es menor el peso que cargan estos cargos, pensemos que un Vicepresidente de Legislación que es responsable de actualizar y vigilar la aplicación correcta de las normas contables y código de ética que inciden en la interpretación de las leyes fiscales, esas que tanto duelen cuando de pagar impuestos se trata, por eso, resulta vital que el proceso no sea un mero “palomeo” ni un reparto de posiciones entre los mismos de siempre, sino un auténtico ejercicio democrático que garantice la participación de todos los asociados y federados del IMCP.

Hay que decirlo sin rodeos, el proceso de elección de los contadores se asemeja, en algunos puntos, a lo que ocurre en la designación de jueces y magistrados en el Poder Judicial, este proceso, aunque no es de votación popular, refleja una tendencia hacia la democratización y transparencia en las instituciones mexicanas, busca líderes que representen los intereses y valores de sus miembros, busca promover la ética y la responsabilidad profesional, el proceso no es de boleta directa como en las casillas electorales, pero sí se convoca a que cualquier grupo de al menos 100 miembros pueda proponer candidatos, abre la puerta a la pluralidad y evita que la dirigencia sea un asunto de grupos o familias reservados para unos cuantos.

La convocatoria de los contadores, establece con claridad que la fecha límite para presentar propuestas es el 16 de junio de 2025, un plazo que se antoja corto para quienes quieran construir un verdadero proyecto de trabajo y no solo improvisar una candidatura de último minuto, además, cada postulación debe ir acompañada de un currículum que cumpla con los requisitos del Reglamento y Estatutos, con todos sus tecnicismos y sellos de rigor; y aquí es donde empiezan las comparaciones con el Poder Judicial: ¿cuántas veces escuchamos que los jueces y magistrados llegan con sus expedientes bajo el brazo, atiborrados de diplomas y reconocimientos que muchas veces se quedan en el papel?.

En el caso del IMCP, el reto es que esos currículums, además de demostrar la preparación técnica de los aspirantes, sirvan para que la membresía los conozca, los cuestione y, por qué no decirlo, los evalúe como si se tratara de un proceso electoral en el sentido más amplio, porque de nada sirve un título universitario o un diplomado en normas internacionales si detrás de la corbata se esconde un servidor de intereses ajenos a la profesión.

Aquí entra en juego la COE, presidida por la Dra. Laura Grajeda, quien tendrá en sus manos la responsabilidad de recibir las postulaciones y revisar que cumplan con los estatutos, ¿cómo asegurar que este proceso sea transparente?, ¿Cómo evitar que la elección se convierta en un mero trámite dominado por los mismos grupos de siempre?; preguntas que resuenan igual que en la designación de jueces y magistrados, donde los candidatos a veces son tan opacos como el presupuesto de algunos estados.

En este proceso democrático resulta imprescindible reconocer la destacada labor de la contadora Ludivina Leija, actual vicepresidenta del instituto, sabe mantener la cohesión entre las federadas y fortalecer la gobernanza profesional, con institucionalidad y la rendición de cuentas encuentra eco en la visión transformadora de la presidenta, Claudia Sheinbaum, quien pone en el centro, el fortalecimiento de las instituciones y la democratización de los procesos de decisión, mujeres, cada una desde su ámbito de responsabilidad, marcan una nueva etapa para México, de apertura, participación y responsabilidad social.

Y aquí me detengo un momento para reflexionar, en este país, aprendemos, a veces con dolor, que la democracia no se decreta, se construye; y eso implica participación, debate y vigilancia de los procesos internos, si el IMCP presume de ser un organismo profesional de referencia, es momento de que esa vocación democrática no sea un adorno en el papel, los contadores públicos, hombres y mujeres que revisan nuestras cuentas, auditan a las empresas, participan en la fiscalización gubernamental y son pieza clave en la rendición de cuentas deben dar ejemplo de transparencia y rendición de cuentas en su propia casa.

Resulta indispensable que la membresía del IMCP tome la convocatoria como una oportunidad histórica, ¿queremos un Instituto de puertas abiertas o un club exclusivo donde el que manda se sirve con la cuchara grande?, si los asociados no participan, no preguntan, no se interesan en quiénes son los candidatos y qué proponen, habremos perdido una oportunidad de oro para demostrar que la democracia no es un espectáculo de cada seis años, es una forma de vida que debe empezar desde casa.

Dice un viejo refrán del barrio, “el que calla, otorga”; y vaya que aplica aquí, porque si los contadores no levantan la voz ni exigen procesos limpios y participativos, luego no se vale quejarse cuando la Vicepresidencia de Legislación toma decisiones que los afectan en el día a día o cuando la Vicepresidencia Fiscal se convierte en juez y parte.

En tiempos donde la elección de jueces la decide el pueblo, sería un gran paso que el IMCP adoptara, aunque sea de manera simbólica, un esquema más participativo, más abierto y más cercano a su propia gente, al final del día, las elecciones internas no solo legitiman a los ganadores, fortalecen la institucionalidad y la confianza en los organismos profesionales.

Así que ahí está el reto, una convocatoria abierta que le habla a los cuerpos directivos de los colegios federados y a cada asociado, una oportunidad para que no se repita la historia de siempre, donde unos cuantos deciden por todos y el resto mira de lejos, porque, al igual que en el Poder Judicial, la democracia es un derecho que hay que ejercer; y si no lo hacemos ahora, ¿cuándo

¡EL UNIVERSAL HIDALGO ya está en WhatsApp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News