Llegar a la mitad del camino es detenernos un instante para mirar atrás y reconocer lo construido, y al mismo tiempo proyectar lo que aún está por venir. En Hidalgo, la transformación no es promesa: es realidad en movimiento.
Gracias a la coordinación con el Gobierno de México, hoy nuestro estado avanza con proyectos de dimensión histórica: la modernización de la carretera Pachuca–Tamazunchale que integra a la Huasteca; el tren de pasajeros AIFA–Pachuca que nos conecta con la capital del país; el saneamiento del río Tula, que hace justicia ambiental a miles de familias; y la tecnificación de zonas de riego que fortalece la productividad de nuestros campos. A ello se suma el Plan Nacional Hídrico, que asegura agua para millones de personas en el Valle de México. Obras que no serían posibles sin un esfuerzo conjunto y que consolidan a Hidalgo como una auténtica potencia en marcha.
Pero los logros no solo se miden en infraestructura. Esta administración ha logrado un hito: reducir de manera histórica la deuda pública estatal, liberando recursos que hoy se traducen en inversión social, becas, apoyos directos y programas que benefician a uno de cada tres hidalguenses. En materia de vivienda, se avanza en la construcción y regularización de miles de hogares; en salud, se han fortalecido hospitales y centros médicos con nuevo equipamiento; y en educación, se amplían becas y apoyos para que ningún joven se quede atrás. Se gobierna con eficiencia, sin derroche, con la convicción de que cada peso debe regresar al pueblo convertido en bienestar.
En paralelo, el Gobernador Julio Menchaca ha demostrado que la congruencia también es transformación. Cumplió la palabra empeñada en campaña y, en los primeros cien días de su mandato, envió la iniciativa de ley que convirtió en realidad la figura de la revocación de mandato en Hidalgo y este 5 de septiembre se convirtió en el primer mandatario estatal en solicitar someterse al escrutinio ciudadano. Porque, como lo ha dicho con claridad: “el pueblo pone y el pueblo quita”. Ese principio fundacional hoy late con fuerza en nuestra democracia estatal.
Los informes de gobierno son la prueba viva de esa cercanía. En Huejutla, más de 10 mil personas acompañaron al Gobernador; en Tula, fueron 7 mil; y en Pachuca, la capital, alrededor de 14 mil. En total, 31 mil hidalguenses han estado presentes en estos ejercicios de rendición de cuentas. No es casualidad: es la expresión clara de un pueblo que respalda, exige y acompaña a su gobierno.
La mitad del camino no es punto de llegada, es el impulso para lo que sigue. Con cada obra entregada, con cada deuda saldada y con cada compromiso cumplido, Hidalgo avanza con firmeza. Hoy, el lema que guía esta etapa no es retórica: Hidalgo, potencia en marcha sintetiza un gobierno cercano, responsable y decidido a construir un futuro de desarrollo y justicia para todos.