Luego de que en la región Huasteca se tienen reportados al menos dos accidentes de autobuses de pasajeros con saldos de personas fallecidas, la población señala que es necesario vigilar la prestación de este servicio, pues los costos son altos y hay choferes que viajan solos en trayectos largos.
A mediados de diciembre se registró un accidente en Tlanchinol, con saldos de cinco fallecidos y 19 lesionados. El autobús se precipitó a un barranco en el kilómetro 181 de la carretera federal México–Tampico, a la altura del acceso a la comunidad de Santa María, un tramo considerado de alto flujo vehicular, pero con afectaciones en la infraestructura.
El conductor del transporte falleció en la unidad y se describe que pudo ser el cansancio el factor en este hecho, pues la unidad salió de la Ciudad de México y solo era un chófer quien condujo durante la noche y madrugada.
La semana pasada, otro autobús de pasajeros sufrió un percance en el tramo Ixtlahuaco, de la misma carretera que conecta Pachuca con Huejutla. El accidente no tuvo consecuencias mayores, pero las condiciones de la carretera fueron un factor que propició el hecho.
Ante la recurrencia de accidentes en autobuses de pasajeros en la región de la Huasteca, la población llama a que la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) atienda las condiciones en que operan tanto las empresas grandes como las de turismo, que realizan viajes principalmente a Monterrey y Tamaulipas en estas fechas, ante la fuerte afluencia de personas que viajan a sus lugares de origen.
En redes sociales se cuestionó el aumento del pasaje, pero también el riesgo que representa viajar, pues las vialidades se afectaron severamente tras la vaguada monzónica del pasado octubre.
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