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Pese a los desafíos que ha enfrentado su producción, Octavio Illescas Cid se ha convertido en un ejemplo de persistencia y resiliencia empresarial, hasta lograr que el cultivo hidalguense de setas ahora se consuma en el extranjero, en países como Colombia y Costa Rica, donde ya piden su asesoría técnica.
Setas Monarca surgió en 1998 en la localidad de Santa Ana Tzacuala, Acaxochitlán; posteriormente emigró a Tulancingo y, finalmente, a Cuautepec, lugar donde llevan 10 años vigentes, produciendo 10 toneladas mensuales de setas.

Octavio Illescas narró que, en la etapa de incubación de las setas, existe una primera venta al público, con compradores provenientes de municipios de Hidalgo, estado de Puebla, Estado de México y Veracruz; por lo que, en promedio, de manera directa e indirecta, se ha convertido en el sustento de al menos 80 familias.
Habló de que, con el paso del tiempo, Setas Monarca ha sobrevivido a una extrema sequía en el año de 1998, y dos inundaciones —una en 1999 y la segunda en 2014— en las que perdieron más del 90 por ciento de la producción. El último desafío fue durante la pandemia de Covid-19, en 2020.
"No puedo renunciar, ¿qué va a pasar con todas las familias que obtienen ingreso de nuestra producción? Hemos sido fuertes", manifestó el productor de setas.

Desde la preparación de paja con sustrato, pasteurización, incubación y producción, nada se desperdicia, indicó, debido a que el material utilizado en el proceso pasa al área de composta y se convierte en abono orgánico, que después se emplea para macetas.
"El plástico que utilizamos, que no es biodegradable, lo ponemos en contenedores y una empresa los recolecta y los reutiliza", expresó Octavio Illescas.
Para un productor, mantenerse con el paso de los años es difícil. El cambio climático ha sido un factor predominante, concluyó.
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