Hugo Flores Jiménez, secretario del Campo en Tulancingo, presentó un balance sobre las condiciones de los principales cultivos tras recorridos en zonas de siembra.
En el caso de la cebada, las lluvias extraordinarias retrasaron el calendario, con plantas que apenas alcanzan 40 por ciento de desarrollo, cuando lo habitual sería el doble.
Respecto al maíz, se observan dos panoramas: en áreas de riego, algunos productores cortaron plantas para ensilado y asegurar forraje para bovinos lecheros; en tierras de temporal, el grano está en floración e inicio de llenado, pero con un retraso de 20 días que podría exponer las cosechas a heladas tempranas y afectar la productividad.
Sobre praderas y pastizales, la humedad excesiva ha reducido la oxigenación de las plantas. Aunque no hay daños graves, sí disminuye la disponibilidad de forraje y repercute en la producción de leche.
Flores Jiménez señaló que los recorridos técnicos continuarán para proyectar el rendimiento del ciclo primavera-verano.
En Tulancingo hay unas 12 mil 500 hectáreas agrícolas, de las cuales 60 por ciento corresponde a maíz, principal fuente de ingresos para ejidos y comunidades.
El funcionario agregó que las lluvias también han generado beneficios: recarga de mantos freáticos y cuerpos de agua, mayor disponibilidad hídrica en estiaje y menor incidencia de incendios durante la sequía.
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