A pesar de los constantes llamados y advertencias de la dirección de Protección Civil municipal de Huejutla y del personal de bomberos, la práctica de la quema de basura y hojarasca en predios baldíos y patios particulares continúa en diversas zonas del municipio.
Esta desobediencia civil representa un riesgo ambiental y se ha convertido en una causa recurrente de incendios de pastizal que, con frecuencia, se salen de control y requieren la intervención urgente de los cuerpos de emergencia.
Las autoridades han señalado que, aunque el objetivo de los ciudadanos es deshacerse de residuos o limpiar sus terrenos, las condiciones climáticas actuales, marcadas por el estiaje y los vientos, facilitan que una pequeña fogata se convierta en un siniestro de mayores dimensiones. El pasto seco funciona como un combustible natural que propaga las llamas rápidamente, poniendo en riesgo viviendas cercanas, infraestructura y la seguridad de las personas.
Fuentes del cuerpo de bomberos reportaron un incremento en la atención de este tipo de emergencias en las últimas semanas. La mayoría de los incidentes se registra en zonas donde la mancha urbana colinda con terrenos enmontados o agrícolas.
En varios casos recientes, las llamas estuvieron a punto de alcanzar bardas perimetrales y bodegas, lo que obligó a los bomberos a movilizarse con equipo pesado para contener el fuego y evitar una tragedia mayor.
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