Metrópoli

Juan mantiene viva la tradición familiar de juguetes de madera en Pachuca

Aunque no le apasiona el oficio de la carpintería, este comerciante reconoce el valor del trabajo artesanal heredado de su familia poblana.

¡Lo que le agrade, sin compromiso! Foto: Cinthya Carbajal
07/09/2025 |19:00
Cinthya Carbajal
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En una de las calles del centro de Pachuca, entre el bullicio de vendedores y transeúntes, resalta un pequeño puesto de juguetes y artículos de madera. Ahí se encuentra Juan, un joven comerciante que, con voz firme y mirada directa, ofrece guitarras a 100 pesos, trompos, baleros, yoyos y hasta juegos de mesa tradicionales como el “No te enojes”.

“Vendo juguetes de madera, negocio de mi familia que lleva alrededor de 30 años”, contó el joven mientras acomoda los artículos sobre la mesa improvisada. Aunque nació en Puebla, vive en la capital hidalguense desde que era niño. Su historia está marcada por generaciones de artesanos que, a pesar de los cambios en las costumbres de consumo, siguen encontrando un espacio en las calles.

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Juan mantiene viva la tradición familiar de juguetes de madera en Pachuca | Foto: Cinthya Carbajal

“Llevo toda mi vida aquí”, respondió. Y aunque aprendió el oficio desde los siete años, reconoce que nunca fue lo suyo: “sé hacerlo, pero no me gusta tallar la madera, me da flojera… es mucho trabajo”.

Los juguetes que más le cuestan a su familia son los carritos y los cofres, cuya elaboración puede tardar de dos a tres horas en máquina, y aún más si se hacen completamente a mano. A pesar de no sentirse identificado con la carpintería, Juan asegura que guarda un profundo respeto por quienes en su familia mantienen viva esta tradición. “Sí, claro que siento orgullo”, afirmó.

Las ventas no siempre son alentadoras, pues dependen de temporadas específicas como vacaciones o las fiestas decembrinas, cuando la gente busca obsequios más cercanos a lo artesanal. “Antes teníamos más puestos en diferentes ferias, pero ahora nada más este y uno cerca de Plaza Independencia, aunque no siempre lo instalamos”, comentó.

Juan mantiene viva la tradición familiar de juguetes de madera en Pachuca | Foto: Cinthya Carbajal

En su mostrador, los precios varían; lo más caro es el juego de mesa “No te enojes”, que alcanza los 250 pesos, mientras que lo más accesible son los trompos y baleros en miniatura. “¡Lo que le agrade, sin compromiso! Las damas inglesas vienen ya con fichas, instrucciones y canicas… se lo dejo en 220”, ofrece a los posibles compradores, con la picardía de quien sabe atraer clientes.

Aunque reconoce que la tradición de los juguetes de madera se está perdiendo frente a los plásticos y electrónicos, Juan mantiene la venta como una forma de honrar a su familia. Eso sí, cuando se le pregunta si le gustaría seguir en este oficio, no duda en responder con franqueza: “la verdad no”.

Juan mantiene viva la tradición familiar de juguetes de madera en Pachuca | Foto: Cinthya Carbajal

El puesto de Juan es más que un comercio, es un recordatorio de la herencia artesanal que sobrevive en las calles de Pachuca, entre la nostalgia de los juegos tradicionales y la modernidad que poco a poco los desplaza.

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