En medio del campo aparece un grupo de personas; entre ellas, algunos niños han pintado con cal la leyenda de auxilio “SOS”. Son los pobladores de la comunidad La Esperanza Número 1, en Huehuetla. La principal petición es comida, pues ya no cuentan con víveres, apenas con un poco de agua, no tienen luz, están incomunicados y hasta ahí aún no llega la ayuda.
Los Profesores Cesareo Pérez y el maestro Naranjo como le conocen, así como Carla Pérez, recurrieron a esta leyenda universal el SOS busca llegar a alguien que le mueva la conciencia. Ya que ahí también falta ayuda.
Erasto Tolentino, luchador social originario de esa localidad, cuenta que ahí están sus padres, sus hermanos y toda su familia. Por el momento, lo que sabe es que ya hay pocos alimentos y, aunque la enfermera permanece en el centro de salud, también comenzaron a escasear los medicamentos. La preocupación es inmediata para toda la gente que habita en ese lugar. “No teniendo nada, pero todavía están vivos”, señala.
“Paul, te esperamos en casa. Mantén la calma y no pierdas la esperanza”, es el mensaje de Arlette Escudero a su hermano, quien desde la semana pasada se encuentra atrapado en la comunidad de Pahuatitla, municipio de Tianguistengo. Paul como cientos de personas, no ha recibido ayuda.
Las comunidades donde se encuentran permanecen incomunicadas, sin alimentos, sin agua, sin electricidad, y muchos claman que no se les olvide.
Aunque el domingo se estableció un puente aéreo para llevar ayuda y medicamentos a las zonas afectadas, de Hidalgo, no ha sido suficiente. Comunidades enteras permanecen aisladas, en espera de que alguien les lleve un poco de alivio.
En Pahuatitls Paul Escudero, originario de Pachuca al igual que los habitantes del lugar, siguen atrapados. La última comunicación con su familia fue para avisar que estaban bien; mediante una planta con gasolina logró cargar momentáneamente su celular. Sin embargo, desde entonces se perdió todo contacto.
Su hermana, Arlette Escudero, elevó la voz y lamentó la situación en que se encuentra no solo su hermano maestro de telesecundaria en esa comunidad, sino decenas de pobladores sin posibilidad de entrar o salir.
“Regálennos una oración, enciendan una velita, manden amor y mucha luz. Si les es posible, acérquense a donar, pues necesitamos muchos víveres”, escribió.
En Cholula, municipio de Tianguistengo, un grupo de habitantes denunció que tampoco ha llegado ningún tipo de ayuda. Jóvenes, niños y ancianos no cuentan con comida ni medicamentos. “Todavía están con vida, sálvenlos. Necesitamos apoyo vía aérea”. Mujeres con niños en brazos, ancianos y jóvenes, con pancartas piden que a su pueblo también lleguen, las aeronaves. “Pedimos al gobierno del estado que nos apoye con transporte para llevar un poco de comida a quienes se quedaron en el pueblo”, expresaron.
Señalaron que desde el jueves no tienen noticias de sus familiares y que en Cholula son alrededor de 300 personas las que permanecen abandonadas a su suerte. “Si pudiéramos, iríamos, pero no se puede entrar; no hay caminos, no hay puentes, no hay nada. Lo que sí hay son niños que se han quedado solos, niños que necesitan leche, ancianos y enfermos que requieren sus medicinas.
”Apostados frente a Palacio de Gobierno, sus familiares realizaron una manifestación pacífica con pancartas donde se leía: “Apoyo para Cholula, Hidalgo. Por favor, ayúdenos, estamos abandonados. Solo pedimos apoyo, no pedimos más.
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”A través de redes sociales, quienes logran usar su celular por segundos piden ayuda inmediata: “Solicitamos apoyo, también estamos aquí. La región Laguna también necesita ayuda; sufrimos desastres naturales graves.
”Entre las comunidades afectadas mencionan Cerro Chiquito, San José del Valle, El Barrio de San José, Los Planes de San José, San Isidro, San Francisco y La Palizada, donde los pobladores aseguran que nadie ha ingresado para llevar auxilio.
En Tlanchinol, vecinos de diversas localidades denunciaron que no han recibido alimentos ni atención. “Aquí nadie ha llegado”, dicen. En medio del campo, personas levantaron pancartas pidiendo auxilio, Jiliapa, en Meteztitlán, es una de estas localidades.
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En Polintotla, también en Tianguistengo, los vecinos gritan ayuda desesperadamente. “Los pueblos de acá al lado se taparon. Hayfamilias enteras desaparecidas. No tenemos luz y estamos incomunicados”, escribieron en mensajes que apenas alcanzan a difundirse en redes sociales.
La magnitud de los daños en la entidad se refleja en la falta de comida, agua y atención médica. Cientos de personas siguen incomunicadas o enfermas, y de acuerdo con testimonios, algunas permanecen sin vida entre los escombros y el lodo que dejó la devastación.
En Tlanchinol, imágenes muestran caminos destruidos y árboles caídos que impiden el tránsito. Muchos se aventuran a caminar en busca de ayuda. En Zacualtipán, una mujer levanta una pancarta que dice: “Urgente, Maxala necesita apoyo para las familias afectadas por el huracán.
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”En Tenango de Doria, comunidades como San Francisco La Laguna, Cerro Chico, San Isidro y El Barrio siguen sin recibir ayuda. Algunos habitantes han dejado incluso coordenadas, señalan que en San José del Valle hay un área disponible para aterrizaje de helicópteros, a la espera de que alguien escuche su llamado.
Desde diversos puntos de Estados Unidos, entre ellos Carolina del Norte, Isaí relata cómo un grupo de migrantes originarios de Olonteco, en Zacualtipán, se organizó mediante un grupo de WhatsApp para ayudar a sus familiares.
Se trata de una pequeña comunidad enclavada en una zona de difícil acceso, a siete horas de la cabecera municipal. La gente ahí permanece olvidada.
Los escasos mensajes que logran salir generan algo de alivio: no hay reportes de fallecidos, pero sí de hambre, sed y frío.
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“Aquí ya no hay alimentos, no hay electricidad y tampoco hay funcionarios que ayuden”, cuentan.
Ante la falta de respuesta oficial, los migrantes tomaron la iniciativa y se coordinaron con activistas para enviar comida. Lograron reunir 25 mil pesos y contrataron un vuelo para transportar un cuarto de tonelada de alimentos. Sin embargo, en el aeropuerto les negaron el despegue: “La sociedad civil no tiene permiso; todo debe ser a través del gobierno”, les respondieron.
La misma situación se vive en San Luis Potosí, donde cuatro comunidades permanecen incomunicadas, informó el gobernador del estado, Ricardo Gallardo Cardona.
Detalló que desde el viernes se han evacuado a más de mil 600 personas que se encontraban en riesgo por habitar en los márgenes de los ríos, se registraron 13 derrumbes y 44 árboles caídos en carreteras estatales y municipales, mismas que ya han sido liberadas.
El gobernador mencionó que ya iniciaron las labores de limpieza y los censos; además de que se están entregando paquetes de ayuda de hasta 20 mil pesos para que puedan realizar la limpieza de sus hogares o reponer enseres domésticos.
Agregó que se iniciará una jornada de fumigación emergente en los 12 municipios afectados para evitar que se genere el dengue u otras enfermedades.
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