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Entre las leyendas más antiguas y enigmáticas de Hidalgo, destaca la historia de la Dama Blanca del Cerro del Lobo, un relato que aún circula en las cantinas y calles de Pachuca. Se dice que en noches de luna llena aparece en la cima del cerro una mujer de piel muy blanca, cabello castaño y ojos cafés, cuya figura flota a ras del suelo como un espíritu errante.
La leyenda asegura que este espectro seduce a los hombres que la encuentran y, bajo sus encantos, los conduce a lugares lejanos para asesinarlos de forma cruel. Durante años, las historias sobre su presencia se compartieron entre copas en las cantinas, donde algunos hombres, animados por el alcohol, se atrevían a subir al cerro para enfrentarla.
Ninguno regresaba con vida. Al amanecer, sus cuerpos fueron hallados sin vida y con marcas inexplicables.
Una de las versiones más conocidas relata que un hombre retó a la aparición: le propuso que, si le complacía, se iría con ella al Infierno, y si no, ella debería abandonar para siempre el cerro. La mujer aceptó. Ambos se abrazaron y cayeron al vacío, quedando atrapados entre las peñas. Desde entonces, la figura quedó condenada a vagar.
Se dice que, en noches de luna, el aullido de un lobo anuncia su presencia. La tradición oral afirma que no daña a las mujeres: si alguna se cruza con ella, la acompaña hasta su destino y la protege del peligro, mientras le cuenta cómo da muerte a los hombres que osan desafiarla.
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