Ubicado al sur de Hidalgo, entre los cerros que guardan antiguas leyendas y los valles bañados por el sol, Tepeji del Río de Ocampo es un municipio donde convergen historia, espiritualidad y naturaleza. A sólo una hora de Pachuca, este rincón de alma mestiza y herencia colonial invita a descubrir su riqueza cultural con los sentidos y con la memoria.
Tepeji debe su nombre al vocablo náhuatl tepexic, que significa “lugar entre peñascos”, y su historia se remonta a tiempos prehispánicos, cuando fue habitado por pueblos otomíes y náhuatl integrados en la Triple Alianza. Tras la conquista española, los frailes franciscanos fundaron el municipio el 8 de octubre de 1558, uniendo los pueblos de Tepexic y Otlazpan como parte de las congregaciones indígenas promovidas por la corona. Su ubicación junto a un afluente del río Pánuco le valió el sobrenombre “del Río”, y más tarde, en honor al liberal Melchor Ocampo, se añadió su actual apellido.
La importancia de Tepeji del Río durante el virreinato se reflejó en su papel dentro del Camino Real de Tierra Adentro, ruta comercial que conectaba la capital del virreinato con el norte del país. Hoy, su legado permanece vivo en monumentos como el templo y exconvento de San Francisco de Asís, cuya construcción entre 1560 y 1586 lo convierte en uno de los recintos religiosos más antiguos de la región. Su austera fachada renacentista, sus arcos rebajados y las pinturas coloniales que resguarda en su interior —obras de artistas como Juan Correa y Francisco Martínez— son testimonio de su valor artístico y espiritual. En 2010, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO junto al puente de La Colmena, ambos símbolos del Camino Real.
A unos pasos del exconvento, en una antigua fábrica textil de 1865, se localiza el Museo Textil de La Josefina, inaugurado en 2022. Este recinto ofrece una mirada a la industria que impulsó la economía local durante más de un siglo, con maquinaria original, fotografías y documentos que narran su historia.
En el centro del municipio, las letras monumentales de Tepeji, ubicadas a la orilla del río, son punto obligado para una fotografía que capture el espíritu del viaje. Más allá de sus vistas, Tepeji también conquista con su cocina: barbacoa de borrego, carnitas, sopes, enchiladas, chapulines y pulque forman parte de su oferta gastronómica, profundamente arraigada en la tradición popular.
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Otro de sus emblemas históricos es el puente de La Colmena, en Santiago Tlautla, una construcción de piedra del siglo XIX que fue testigo del paso de figuras como Benito Juárez y el emperador Maximiliano. A escasos kilómetros, se halla la presa Requena, un sitio perfecto para la pesca deportiva y las actividades acuáticas, construida entre 1919 y 1922. Para quienes buscan contacto directo con la naturaleza, el Parque Recreativo Los Nidos ofrece espacios para el senderismo, ciclismo y días de campo bajo la sombra de árboles centenarios junto al río Coscomate.
Las fechas más especiales para visitar el municipio son el 4 de octubre, con la fiesta de San Francisco de Asís, que combina tradiciones religiosas con actividades culturales; y el Viernes Santo, cuando se lleva a cabo la solemne Procesión del Silencio, tradición que se mantiene viva desde 1952.
Tepeji también cuenta con diversas opciones de hospedaje para todos los gustos, desde la Posada San Francisco con su jardín central, hasta propuestas más modernas y accesibles como el Hotel Cuandón o el Tepexi Express, sin olvidar alternativas de estilo rústico como La Casona y No Que No.
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Ya sea por su legado histórico, sus paisajes naturales o su autenticidad provinciana, Tepeji del Río de Ocampo es mucho más que una parada: es una experiencia que entrelaza pasado y presente, donde cada visitante descubre una parte de México que permanece viva entre peñascos, agua y tradición.