La Comarca Minera, reconocida como uno de los destinos más cautivadores de Hidalgo, continúa sorprendiendo a viajeros y amantes de la naturaleza.
No es casualidad: este territorio alberga tres Pueblos Mágicos —Real del Monte, Mineral del Chico y Huasca de Ocampo—, uno de los dos Geoparques Mundiales de la Unesco en México y una vasta oferta turística que incluye cascadas, montañas, miradores, hoteles, cabañas y una exquisita gastronomía local.
Entre sus nuevas experiencias más llamativas se encuentran los puentes colgantes iluminados, una atracción que combina adrenalina, naturaleza y un toque de magia visual que ha conquistado las redes sociales.
Ubicados en los límites del Parque Nacional El Chico, a tan solo 20 minutos del centro del Pueblo Mágico de Mineral del Chico, los puentes colgantes iluminados fueron inaugurados en 2024 por la touroperadora H-GO Adventures. Se encuentran dentro de los Senderos del Águila, una ruta panorámica rodeada de vegetación, riachuelos y cascadas.
El recorrido inicia bajo un arco de madera adornado con luces y figuras fantásticas: el “guardia Gonzalo”, un personaje de acción que da la bienvenida, acompañado de un par de duendes, símbolos de la abundancia y la conexión con la naturaleza.
El sendero, de unos dos kilómetros, está bien delimitado por cuerdas cubiertas con miles de foquitos, lo que lo hace seguro y fácil de seguir incluso al caer la noche. A lo largo del camino, paneles informativos presentan la riqueza biológica del parque, hogar de más de mil especies como el cedro blanco, la ardilla gris, la trucha arcoíris y diversas serpientes endémicas.
A medida que se avanza, el paisaje se vuelve más frondoso y aparecen los primeros cuatro puentes colgantes, interconectados entre sí y suspendidos a distintas alturas —de uno a veinte metros—. Aunque se balancean ligeramente, la experiencia es segura y permite disfrutar de vistas espectaculares del bosque iluminado.
El recorrido continúa entre caminos de piedra y tierra hasta llegar a “El Obrador”, una instalación que recrea una antigua herramienta de carpintería. Muy cerca se encuentra la cascada Pica Madero, que ofrece una postal perfecta con los puentes brillando a lo lejos.
Más adelante, los visitantes cruzan un riachuelo y se encuentran con otra cascada de mayor caudal, donde una estructura triangular iluminada y una banca de madera invitan a descansar y capturar fotografías únicas.
El quinto puente, de 30 metros de largo y 25 de altura, guarda una historia envuelta en misterio: se dice que fue construido por un hombre llamado Gonzalo, quien desapareció trágicamente durante su edificación. Frente a él se levanta una formación rocosa conocida como la Cueva de las Brujas, punto donde, según la leyenda, ocurren sucesos paranormales.
Tras bordear la peña, aparece el último puente, el más imponente de todos: 60 metros de largo y 55 de altura, desde donde se aprecian las luces de Mineral del Chico y el murmullo del río que serpentea montaña abajo.
El recorrido concluye en el punto de partida tras una caminata inmersiva que conecta cuerpo, mente y naturaleza. Aunque los puentes pueden visitarse durante el día (a partir de las 8:30 a.m.), la experiencia cobra un encanto especial al anochecer, cuando la iluminación convierte el bosque en un escenario de ensueño.
Los recorridos nocturnos comienzan a las 6:30 p.m., con salidas cada 20 minutos y última entrada a las 9:00 p.m. El costo de acceso es de $400 pesos por persona, con guía incluido.
Para mayores informes y reservaciones, puedes contactar vía WhatsApp al (771) 261 1435.
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