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Pachuca amaneció con una noticia que caló hondo entre los fieles del centro: falleció Rubén Darío Márquez Cruz, mejor conocido como "el Chino", uno de esos personajes que terminan formando parte del paisaje emocional de una ciudad.
Nacido el 23 de octubre de 1945, el Chino murió el 17 de noviembre de 2025, tenía 80 años y pasó la mayor parte de su vida detrás de la barra del Salón Regio, donde se ganó no solo el aprecio, sino el cariño sincero de generaciones enteras.
Para muchos, entrar al Regio era saludarlo a él primero. Tenía la costumbre y el talento de recordar nombres, historias y hasta preocupaciones. Preguntaba por la familia, hacía bromas, escuchaba sin prisas.
Quienes lo trataron lo describen como un hombre atento, de esos que convertían la barra en un pequeño refugio, y que entre platillos, botanas y vasos servidos con precisión, regalaba consejos que solo los años pueden volver sabios.
Fuera del bar construyó también una vida amplia: hijos, nietos y afectos que hoy lo despiden con nostalgia. Fueron justamente sus familiares quienes confirmaron la noticia que rápidamente se expandió entre clientes y amistades, generando una ola de mensajes y anécdotas que dejaron claro lo querido que era.
El Salón Regio le dedicó unas palabras que muchos hicieron propias: “Queda su memoria en cada botana, en cada anécdota contada entre risas, en cada cliente que se volvió amigo… Hasta siempre, Chino. Tu barra, tu gente y tu ciudad no te olvidarán”.
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