Con tan solo 21 años, el diseñador mexicano Gerardo Díaz Merino, originario de Querétaro, está dejando una huella profunda en el mundo de la moda europea. Su propuesta disruptiva, que entrelaza arte, tradición y sostenibilidad, ha captado la atención del público francés y del medio artístico internacional.
Gerardo no diseña ropa, crea lienzos que se llevan puestos. Su marca, BulletPoint, nacida hace un año, es el resultado de un proceso creativo que inició dos años atrás con una visión clara: unir su amor por el arte y la moda en un solo lenguaje. Sus prendas mezclan técnicas como la pintura, la fotografía y el collage, aplicadas a sacos, pantalones y faldas. Detalles como hilos visibles, textiles reutilizados y cortes que desafían lo convencional le dan a su obra una identidad única.
En la reciente Fashion Week de París, Gerardo sorprendió con piezas que homenajean las tradiciones mexicanas: un short con la imagen de Juan Diego pintada a mano, una falda de tela aguayo inspirada en patrones irlandeses —ajustada con botones para todas las tallas— y sacos con ilustraciones.
Pero su trabajo va más allá de la moda. En sus presentaciones incorpora instalaciones escultóricas que refuerzan el mensaje artístico de cada colección, convirtiendo el desfile en una experiencia sensorial.
Ahora, su próximo proyecto lo lleva de la pasarela a las paredes de una galería. Gerardo planea abrir un espacio creativo dedicado a dar voz a migrantes, artistas latinos y diseñadores emergentes, para fomentar una comunidad que desafíe fronteras y estigmas.
"Quiero decirle a los jóvenes que sigan siempre su intuición y visión... No es fácil, pero es muy satisfactorio cuando lo logramos." afirma el joven creador.
Gerardo Díaz Merino no solo diseña ropa: teje puentes entre culturas, identidades y formas de expresión. Y lo hace con una claridad sorprendente para alguien de su edad. Sin duda, BulletPoint apunta alto.