Entre giros, saltos y caídas, el nuevo skatepark del Parque Cultural Hidalguense comienza a ser punto de encuentro para patinadores de todo Hidalgo y foráneos. Esta semana conocimos a dos de ellos: Edwin, originario de Tulancingo, y José, de Baja California, quienes compartieron sus experiencias y reflexiones sobre lo que significa vivir sobre ruedas.

Edwin retomó el patinaje después de un año de pausa. Volvió a la tabla en este nuevo espacio con entusiasmo: “Patino desde la secundaria, pero lo dejé por trabajo. Hoy vine a ver cómo estaba el parque y me sorprendió”. Su interés por el skate nació al ver a otros patinadores en las calles de Tulancingo, y aunque reconoce que es un deporte difícil —con esguinces y caídas incluidas—, afirma que vale la pena: “Te da seguridad de vida”.

Skaters conquistan la nueva pista de patinaje en Pachuca; historias de pasión, caídas y superación | Foto: Josué Ortiz
Skaters conquistan la nueva pista de patinaje en Pachuca; historias de pasión, caídas y superación | Foto: Josué Ortiz

Respecto al equipo, explica que una tabla profesional puede costar entre 2 mil 500 y 3 mil pesos, aunque existen opciones más económicas que funcionan igual para principiantes. “No necesitas gran cosa para empezar, incluso puedes comprar una de supermercado. Lo importante es atreverse”, aconsejó a quienes desean iniciarse en este deporte.

Sobre el nuevo skatepark del Parque Cultural Hidalguense, Edwin se mostró gratamente sorprendido: “En Tulancingo hay pistas, pero no están pensadas por skaters. Aquí se nota que hubo gente de la comunidad involucrada; se siente más funcional y real”.

Skaters conquistan la nueva pista de patinaje en Pachuca; historias de pasión, caídas y superación | Foto: Josué Ortiz
Skaters conquistan la nueva pista de patinaje en Pachuca; historias de pasión, caídas y superación | Foto: Josué Ortiz

Por su parte, José, de 24 años, lleva patinando desde 2015. Llegó a Pachuca por su madre y encontró en el skate una herramienta poderosa para transformar su vida. “En ese entonces nos veían como vagos, pero hoy el skate ya se reconoce como un deporte”, comentó. Su motivación nació de un amigo que le enseñó a patinar y que ya falleció. Desde entonces, la patineta se convirtió en su compañera de vida.

“Tuve un accidente muy fuerte y perdí el 80 por ciento de la movilidad de mi cuerpo. El skate fue mi terapia. Me ayudó con la depresión y la ansiedad. Me salvó”, reveló emocionado.

Skaters conquistan la nueva pista de patinaje en Pachuca; historias de pasión, caídas y superación | Foto: Josué Ortiz
Skaters conquistan la nueva pista de patinaje en Pachuca; historias de pasión, caídas y superación | Foto: Josué Ortiz

José también ha sufrido caídas fuertes, como una fractura en el dedo en 2017, pero eso no le impide seguir. Actualmente domina 38 trucos y, aunque su patineta se rompió el mismo día de la entrevista, sigue practicando con la tabla prestada de un amigo.

“El skate es caro y riesgoso, pero también es hermoso. Me ha hecho crecer como persona. Conoces a mucha gente y te abre muchas puertas”, contó. Sobre si es un deporte difícil, considera que depende del empeño: “Hay quienes lo ven complicado y se rinden, pero si lo enfrentas, avanzas”.

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