Aún cuando parecía que se quedaría con las manos vacías, la medalla de bronce fue suya. En una cardíaca tanda de penales, las dirigidas por Miguel Gamero se apropiaron del tercer lugar en el Mundial Femenil Sub-17 de Marruecos, superando 3-1 a Brasil después de que el choque —en su tiempo regular— finalizara en un empate 1-1.

Las brasileñas acariciaron momentáneamente la victoria gracias a que Kaylane Vieira burló la defensa de la arquera Valentina Murrieta. Parecía que todo estaba perdido para el Tricolor Femenil… Hasta que, en los últimos minutos del duelo, un autogol las salvó de quedarse sin nada.

Inconsolable, la delantera Evelin Bonifácio estalló en un estruendoso llanto. El autogol que cometió en el 90'+6' obligó a que el partido se definiera desde los once pasos. Sus compañeras se acercaron a abrazarla, pero la desesperación de la futbolista brasileña era tanta que no le quedó más que cubrirse el rostro con las manos.

Una postal totalmente contraria a la del Tricolor Femenil, puesto que las jugadoras estallaron en un efusivo festejo. A partir de ese momento, la ofensiva de Brasil se volvió más agresiva. Sin embargo, México impidió que las rivales nuevamente tomaran la ventaja en el marcador.

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